Hay mucho temor entre la gente, preocupada por la falta de una verdadera y duradera paz en el mundo, que está envuelto en guerras y rumores de guerra, así como por la existencia de conflictos bélicos en distintos puntos del globo terráqueo, tales como Siria, Irak, Afganistán y Libia.
Además, Israel está siendo atacada por terroristas de Hamas, pertrechados en la Palestina y la Franja de Gaza, esperando que otros países árabes e Irán, se sumen en una peligrosa escalada bélica en contra del pueblo judío, lo que podría producir la Tercera Guerra Mundial. La humanidad está sufriendo un aterrador miedo por la crisis que atraviesa la paz.
También es preocupante la guerra del narcotráfico en México y el altibajo de las negociaciones de paz en Colombia, entre el gobierno y la Fuerza Armadas Revolucionaria Colombiana (FARC), que mantiene una guerrillas, de casi medio siglo de duración; así como conflictos bélicos en Sierra Leona, África; Ucrania y Las Filipinas.
Además, Rusia y Estados Unidos actualmente están bombardeando posiciones del Estado Islámico (EI), que dominan parte de Irak y Siria, siendo asesinados por los fanáticos islamitas millares de cristianos, y lo que no estén de acuerdo con su política de terror corren la misma suerte.
Las Naciones Unidas, la Unión Europea y otras organizaciones internacionales, están inmersas en negociaciones para que se establezca la paz mundial, que es el anhelo de toda la humanidad, lo que ha sido imposible hasta ahora. Sólo Dios es el único que establece la paz, en el corazón del hombre, para que se produzca un cambio radical en toda la humanidad.
La palabra “paz” se encuentra como 430 veces en la Biblia, lo que implica que Dios tiene mucho que decir acerca de la importancia de este tema. La palabra hebrea para paz es shalom , que puede usarse para decir “hola” o “adiós”. En esencia, shalom significa paz, seguridad, bienestar, feliz, amigable, prosperidad o favor y aprecio.
El Nuevo Testamento usa la palabra griega “ irane ” para paz. De ahí proviene el nombre Irene. Puede significar: paz, prosperidad, uno, tranquilidad, descanso, restablecer y restaurar. Palabras magníficas, ¿no? Son dulces y agradables. Y todo el plan de salvación gira en torno a estas palabras porque estamos separados de Dios; estamos en guerra. Y Jesús, el Príncipe de la Paz, ha venido a reconciliarnos. Vino a hacer la paz con el Padre en representación de nosotros, porque nuestros pecados nos han separado de Dios.
Verdadera Paz: Cuando la gente habla de paz dicen, “Oremos por la paz”. ¿Pero a qué clase de paz se refieren? Usualmente es a la paz mundial o paz civil. ¿Pero, es principalmente por esto que vino Jesús?
Muchos temen a la guerra nuclear, así que piden por la paz mundial para que las naciones no se aniquilen unas a otras. Aún con la corriente actual de desarme, las naciones nucleares todavía tienen suficientes armas para exterminar la vida en este planeta. Y ahora un ejército de terroristas fanáticos está tratando de obtener armas nucleares. Esto podría hacerlo sentir un poco tenso. Si usted no supiera que Dios está en Su trono, ¡tal vez nunca podría dormir!
¿Y qué sobre la paz política? Jesús advierte, “No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada” (Mateo 10:34).
Guerras y cruzadas se han librado en nombre de Jesús, así que esta no puede ser la paz que Él ofrece. Dijo Herbert Hoover, “La paz no se logra en las mesas de los concilios, o por medio de tratados, sino en los corazones de los hombres.”
Algunos anhelan la paz doméstica, agobiados por constantes conflictos en sus hogares, que se han convertido en campos de batalla. Dice la Biblia que no es bueno que una mujer se case con un hombre ocioso. Ni que un hombre se case con una mujer irritable, “es mejor morar en el desierto” (Proverbios 21:19). Aún esta paz doméstica no fue la razón real para la venida de Jesús porque Él dijo, “Porque he venido a volver al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra” (Mateo 10:35).
El evangelio de Cristo puede seguramente traer paz a un hogar dividido, pero fácilmente puede también traer división. La tranquilidad doméstica no es el motivo por el cual Jesús es llamado Príncipe de Paz.
Hay otros que buscan paz a través de la seguridad financiera. Cada día verifican ansiosamente la bolsa de valores. Están serenos si el mercado sube, pero cuando baja están agitados. Algunos rehuyen constantemente a los cobradores, buscando excusas y andando con rodeos. ¿Quién puede tener paz viviendo así?
Es difícil tener paz cuando diariamente estamos ahogándonos en deudas. Algunos piensan, “Si sólo me ganara la lotería, entonces tendría paz.” Pero la Biblia dice que la paz no proviene de la abundancia de las cosas que el hombre posee. Proverbios 11:28 afirma, ”El que confía en sus riquezas, caerá; mas los justos reverdecerán como ramas.” No. La paz verdadera tampoco proviene de seguridad financiera.
Paz Falsa: El diablo quiere que intentemos encontrar paz por medio de falsificaciones conocidas y engañosas que se encuentran en las finanzas, asuntos domésticos y el mundo en general. Hasta tiene a algunos buscando paz en religiones de cultos o rituales, a la vez que convence a otros a recurrir desesperadamente a las drogas, buscando sensaciones temporeras de paz.
Son muchos los distraídos y engañados por estas formas falsas de paz. Ezequiel 13:10 sostiene, “Por cuanto engañaron a mi pueblo diciendo: Paz, cuando no había paz. ” Muchos líderes políticos han llegado a sus puestos prometiendo paz.
Antes de que Jerusalén fuera destruida, los líderes religiosos dijeron a la gente , “Dios nos defenderá.” Reclamaron “¡Paz!” Y fueron destruidos . En Isaías 57:21 se nos advierte ,”No hay paz para los impíos,dice mi Dios.” Aunque falsos profetas les prometen paz, los que no tienen a Dios no podrán encontrarla.
En 1 Tesalonicenses 5:3, leemos: “Cuando digan:¡Paz y seguridad!, entonces vendrá sobre ellos repentina destrucción, como los dolores a la mujer encinta y no escaparán.” Debemos estar especialmente preocupados cuando escuchamos líderes mundiales gritando, “La paz y la seguridad están en el horizonte.” Esto es una verdad obvia, pero no es la clase de paz que Dios promete. Todos estos conceptos de paz condicionales cambian rápidamente.
¿Recuerdan a Job? Perdió su serenidad financiera, física y familiar de repente. Pero no perdió su paz (Job 22:21). Las circunstancias siempre cambiarán, así que no permitamos que nos cojan desprevenidos confiando en la paz ficticia. Satanás puede usar estas ilusiones para nuestra complacencia y después, ¡saca la alfombra debajo de nosotros!
Enemigos de la Paz: A sí que, ¿dónde puede usted encontrar esa paz constante que le da descanso sin importar las circunstancias? “Todos los hombres desean la paz”, dijo alguien. “Pero pocos desean aquellas cosas que llevan a ella.” A menudo, los que buscan la paz se aíslan de ella al convertirse en víctimas de sus enemigos, tales como el miedo, codicia, ambición, envidia, ira y orgullo.
Aquellos que adopten estas características no pueden tener paz. Deben dejarlas ir para hacer lugar para la paz de Dios y cultivarla. No podemos aferrarnos al orgullo o codicia y después decir, “Dios, dame la paz.” Primero debemos desahuciar a esos enemigos de nuestro corazón.
La paz es algo que perderá de vista si apunta directamente a ella. Es como la felicidad: Si se pasa la vida tratando de ser feliz, la perderá (Mateo 16:25). Usted encuentra la felicidad sirviendo y amando a otros. Así que si busca la paz en sí mismo y por sí mismo, nunca la experimentará, solo la puede disfrutar si se arrepiente de su pecado y acepta a Jesús como su Señor y Salvador.
Dónde Comenzar: Me asombra la historia bíblica de Pedro durmiendo como un bebé mientras estaba sentenciado a muerte. ¡Es increíble! Tenía una paz que supera al entendimiento. ¿Cómo le gustaría encontrar esa clase de paz, donde no se sentirá ansioso, aunque su vida esté en juego?
Martín Lutero decía,“La paz verdadera no es meramente la ausencia de alguna fuerza negativa. Es más bien la presencia de alguna fuerza positiva.” El deshacerse de fuerzas negativas le proveerá paz temporalmente. Pero eventualmente, alguna otra crisis surgirá para desplazar su tranquilidad temporera, un constante sube y baja de paz y preocupación. Cierto, la paz duradera debe ser algo más y sólo la puede disfrutar si pones tu fe y confianza en Cristo.
Vi un letrero en el vidrio trasero de un automóvil que decía, “Sin Dios, sin paz: conoce a Dios, conoce la paz.” Pensé: “¡Cuán cierto!” Porque ahí es exactamente donde se encuentra la verdadera paz: conociendo a Dios.
Dice en Job 22:21: “Reconcíliate con Dios y tendrás paz.” ¿Cómo conocemos a Dios? A través de su Hijo, Jesucristo, manteniendo comunión con Él y obedeciendo su Palabra. Al permitir que Él nos hable encontraremos paz.
Y se nos promete que cuando oramos, “La paz de Dios, que supera todo entendimiento, guardará vuestro corazón y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7). Él le dará esta paz que sobrepasa el entendimiento, cuando empiece a conocerlo.