Comparar el clima político actual con un basurero en llamas sería insultar a los basureros en llamas en todas partes. Todos sabemos que las cosas están fuera de control. Nuestras naciones están enfadadas. Los políticos compiten por los puestos de poder y los influencers de los medios de comunicación bombean rabia por nuestras venas buscando clics. Muchos luchan contra el temor y una auténtica sensación de desesperanza si sus candidatos ideales no ganan en las urnas.
El sentimiento no es mucho mejor entre el pueblo de Dios. Luchamos por reconciliar nuestra fe en la soberanía de Dios con los acontecimientos actuales: ¿Es este acontecimiento una señal de la providencia de Dios para nuestra nación… o una señal de juicio? ¿Sabe Dios que la situación es tan inestable? ¿Le importa? ¿Permitirá Dios que Su pueblo perezca y que ganen los malvados?
La política es importante y por eso es bueno que los cristianos sean activos en una temporada electoral. Pero la política no es lo más importante, así que no deberíamos estar ansiosos en una temporada electoral. Sin embargo, en un clima mediático tan orientado a la hipérbole y a las tácticas de miedo, combatir la ansiedad política es más fácil de decir que de hacer.
Mi arma preferida ha sido el segundo salmo de la Biblia.
Una presentación del Salmo 2
Aunque David escribió el segundo salmo hace tres mil años, su perspectiva inspirada por el Espíritu es tan fresca hoy como lo ha sido siempre. Las naciones se amotinaron entonces, y lo siguen haciendo hoy (v. 1). Los líderes malvados se oponían a Dios y a Su Cristo entonces (vv. 2-3), y lo siguen haciendo hoy (aunque no verás esa verdad en los titulares). El Salmo 2 nos recuerda que nuestro candidato favorito no instaurar una sociedad utópica, ni nuestro candidato menos favorito destruirá el mundo tal como lo conocemos.
Cuando medito en el Salmo 2, mi perspectiva se aleja de la agitación actual del mundo para ver el verdadero drama eterno que se está desarrollando. Al ver quién reina realmente sobre la historia, mi ansiedad se convierte en adoración. Este salmo me motiva de tres maneras concretas.
El Salmo 2 me inspira a regocijarme de la soberanía y la justicia de Dios.
¿Cómo responde Dios a los gobernantes del mundo que se rebelan contra Él y contra Su Cristo? No camina de un lado a otro desesperado ni piensa: ¿Qué voy a hacer? El Salmo 2 dice sin rodeos: «El que se sienta como Rey en los cielos se ríe» (v. 4, énfasis añadido).
Dios se ríe porque ha colocado a Su Rey en el trono del universo y su gobierno no se ve desafiado por los límites de los mandatos, los partidos de oposición o el fraude electoral. Él es el Rey eterno con «toda autoridad en el cielo y en la tierra» (Mt 28:18). La agitación actual no le sorprende. El Apocalipsis nos enseña que Cristo está en Su trono a pesar de las hambrunas, guerras, plagas y revoluciones de la historia. Así fue en las dos primeras guerras mundiales y así será si estalla una tercera. Cristo es dueño de los confines de la tierra (v. 8) y hará pedazos a las naciones desobedientes con vara de hierro en juicio (v. 9).
Cristiano, no dejes que las naciones enardecidas o los políticos rebeldes ahoguen tu fe; un día serán la piñata de Jesús cuando lleve adelante Su reinado perfecto en la tierra. Debido a que Él tiene un control firme sobre el volante de la historia, podemos esperar en Él más allá de los titulares. Y, según este salmo, los líderes políticos de hoy también pueden hacerlo.
El Salmo 2 me desafía a orar por la conversión de los líderes mundiales.
Los versículos 10-12 concluye el salmo con un llamado a los gobernantes a escapar de la ira del Hijo: «Adoren al SEÑOR con reverencia, / Y alégrense con temblor» (v. 11). Todo político que te haga hervir la sangre puede escapar de la ira de Jesús inclinándose ante Él con humildad reverente.
Dios, el Juez perfecto del universo, podría haberse saltado esta parte del salmo y decir: «haré pedazos a mis enemigos porque se lo merecen». Sin embargo, nuestro Dios también es misericordioso y desea que todos los hombres sean salvos. Nos llama a orar por la salvación de «los reyes y por todos los que están en autoridad» (1 Ti 2:1-4). Aunque muchos líderes mundiales seguirán rebelándose contra el Señor, algunos atenderán a la advertencia de Dios y se refugiarán en Cristo.
¿Oras por la conversión de los líderes mundiales como si fuera posible? No olvides que para Dios todo es posible (Mt 19:26). ¿Por qué ofrecería Dios este mandamiento en 1 Timoteo 2 si no pensara salvar a algunos? Qué glorioso sería ver a Donald Trump, Kamala Harris, Nayib Bukele, Kim Jong-Un, Xi Jinping y Vladimir Putin adorando al Rey Jesús con los santos de cada tribu, lengua y nación en el cielo. Piensa en la diferencia eterna que podrías hacer orando por los líderes mundiales en lugar de quejarte de ellos.
Mientras la temperatura política sube a nuestro alrededor, nuestras oraciones suben también.
El Salmo 2 me motiva a descansar en Cristo, nuestro refugio.
Si te encuentras en medio de una gran tormenta y por fin llegas a un refugio, ¿cómo reaccionas? Respiras aliviado y descansas. Lo mismo ocurre cuando rendimos homenaje al verdadero Rey del universo (v. 12). Cuando nuestros pecados están cubiertos y ya no tememos Su ira, descansamos. Cuando confiamos en Su justicia perfecta, descansamos. Cuando vemos Su mano soberana sobre el pasado, el presente y el futuro, descansamos. No es un descanso ordinario; es un descanso bienaventurado (v. 12).
Desde este lugar de descanso, podemos enfrentarnos a nuestro mundo político con una perspectiva como la de la iglesia primitiva. En lugar de dejar que la política y la injusticia desbarataran su misión, se sintieron motivados por el Salmo 2 para confiar en la mano soberana de Dios y pasar a la ofensiva, orando por audacia para proclamar el evangelio del Hijo de Dios (Hch 4:23-31). El descanso bienaventurado de Cristo impulsó su misión de hacer avanzar su reino y puede impulsar también la nuestra.
Un llamado a la adoración.
Cada ciclo electoral nos ofrece una elección (y no solo la «gran elección» en las urnas). ¿Dejaremos que la ansiedad pecaminosa se apodere de nosotros, o lucharemos contra nuestros temores políticos con la verdad del evangelio? No permitas que la consternación de nuestros días endurezca tu corazón y te impida entrar en el reposo de Cristo (He 3:7-4:15).
Cuando la ansiedad política surja en ti, filtra el drama a través de los propósitos eternos de Dios expresados en el Salmo 2. Recuerda quién está en el lado correcto de la historia: Jesús, el Rey ungido de Dios, junto con todos los que se refugian en Él por la fe. Recuerda que los gobernantes y reinos del pasado viven ahora solo en los libros de historia, mientras que el Rey vivo y verdadero expande Su reino con fuerza imparable por todos los continentes y milenios (Mt 16:18). Recuerda que Su gracia salvó a un infeliz como tú y puede salvar a lo peor de la humanidad.
En lugar de preocuparnos, podemos adorar a Dios por la verdad y la seguridad que encontramos en Su Palabra. Estos días de angustia podrían presentar nuestra mayor oportunidad para exaltar al Rey de reyes en un mundo desesperado por esperanza.