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Pastor evangélico aboga por una nación decente

La Biblia, la Palabra de Dios, dice que el mundo está bajo el maligno, y los cristianos verdaderos, nacidos de nuevo por haber recibido a Cristo como su Señor y Salvador, no deben pensar mucho en política ni en elecciones, aunque tenemos que acudir a las votaciones para preservar nuestro débil sistema democrático, reconociendo que la gran mayoría de los candidatos, que participan en los comicios, cortados con la misma tijera, prometen y cuando están en el gobierno, apenas cumplen.

Sin embargo, los avatares de la política en nuestro país es una realidad que tenemos que vivir y observar con preocupación la lucha infrapartidistas, con pactos de unidad entre partidos, en una campaña electoral que todavía no ha sido declarada por la Junta Central Electoral, pero que se ha venido desarrollando en esta capital y en el interior a través de los medios de comunicación escrito, radial, televisado y por la Internet, así como con marchas y caravanas que se desplazan por todo el país.

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Pastor Braulio Portes

Como cristiano evangélico, no como político, nuestra misión en este país, es llevar la Palabra de Dios al pueblo y cumplir con la gran comisión que nos dejó Jesucristo de: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”, Marcos 16: 15-16. Recordemos, en cuanto a las actividades políticas,  que hay que dejar que los muertos entierren a sus muertos, como dijo nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Nuestra mente debe estar enfocada, no en política ni en políticos, sino en nuestro Señor Jesucristo,  quien nos exhorta a que “no se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fura, yo os lo hubiera dicho; voy, pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy vosotros también estéis”, Juan 14:1-3.

Tenemos que recordar a nuestros queridos hermanos en Cristo que, aunque estamos en el mundo, no somos del mundo y “nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”, Filipenses 3:20.

Nuestro país no es una excepción, porque los políticos que hemos tenido, no son personas que obedezcan a Dios y a su palabra, solo piensan en resolver sus propios problemas y de sus seguidores, aplicando el conocido y estrujado método del populismo.

Lamentablemente, nunca hemos disfrutado de una nación con promesas electorales justas, de transparencia y credibilidad, lo que sólo se puede lograr con una revolución espiritual, fundamentada en la predicación del evangelio de Cristo.

No debemos olvidar que una nación decente y maravillosa la tendremos aquí cuando se establezca en este planeta el Reino de Dios, con Cristo gobernando en tierra nueva y cielo nuevo, donde morará la justicia, luego del arrebatamiento de la Iglesia.

Traemos esto a colación ante el planteamiento del pastor Braulio Portes, fundador de la emisora cristiana Radio Renuevo y la iglesia Cristianización,  quien abordó el tema una Nación Decente, durante la celebración del Congreso Regional Iberoamericano  (COICOM) 2015,  y dijo que lo que se quiere en el país es una nación con promesas electorales justas, de transparencia y credibilidad, lo que nunca se ha visto aquí.

En su exposición, el líder religioso consideró que el poder electoral es sumamente importante para la nación, y que con su operación debemos elegir los mejores candidatos para dirigir nuestro pueblo, pero sí las cosas no se hacen con justicia, ni bien hechas, entonces elegimos a hombres y mujeres que dañan la nación y empeoran situaciones de nuestro pueblo y en todas sus comunidades.

Es costumbre de que se acepte y autorice un partido por su posición en el ambiente, no porque renueva las condiciones para ser aprobado sin miramientos ni misericordia, lo que, a su juicio, es discriminación y cae en el sectarismo.

El pastor Portes mantuvo la esperanza de que el pueblo cristiano evangélico terminará imponiéndose y llevando su gente a puertas de influencia donde, su rol de sal y luz, incidirá positivamente en la transformación que este país necesita, sin caer en el sectarismo.

Portes señaló que el pueblo debe tomar conciencia de  que es nuestra responsabilidad, como pueblo cristiano,  y no solo del gobierno, de luchar y erradicar los vicios y las lacras  que están  destruyendo a la familia, iglesia y nación.

Asimismo, afirmó que todos tenemos que  contribuir a crear una sociedad pacífica, respetuosa, amigable, para que  la nación avance,  y añadió que eso se logrará con la vocación del pueblo evangélico cristiano evangelizando agresivamente y discipulando eficientemente, para que la a comunidad cristiana evangélica siga creciendo y nadie la detendrá, y agregó además, que seguiremos luchando para que los principios socio espirituales rijan el comportamiento de nuestro pueblo a todos los niveles.

 Bendiciones en el amor de Cristo.

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