Señor enciéndenos de pasión nuestras almas.
Fortalécenos con sabiduría.
Derrámanos abundante misericordia.
Aplácanos la soberbia.
Alégranos enormemente el interior.
Desencadénanos lo que nos ata.
Márcanos el rumbo de la vida.
Rescátanos a los desamparados.
Protégenos de los enemigos.
Despójanos las maldades, traiciones, envidias, mezquindades.
Concédenos el triunfo, a pesar, de temibles batallas.
Libéranos las penas y revive a los desesperanzados.
Levántanos a los caídos.
Resucita a los muertos.
Al ciego hazlo ver.
Al sordo permítele escuchar.
Al paralitico que vuelva a caminar.
Oriéntanos a los perdidos.
Reconfórtanos en las profundas pruebas.
Sananos a los enfermos.
De renunciar al autismo espiritual, el Señor habitará.
Acláranos los rostros confundidos.
Dignifícanos permanentemente.
Acógenos a los enfermos, pordioseros, abandonados, encarcelados.
Secanos las lágrimas del sufrimiento.
Cámbianos las actuaciones en los arrepentidos.
Restablécenos a los agobiados y desesperados.
Sostennos el peso de las dificultades.
Revélanos milagros en medio de las encrucijadas.
Demuéstranos poder divino a todos los necesitados.
Regálanos salvación a quienes renunciamos al pecado.
Los entregados al Señor, creceremos en su confianza y la vida será obrada y entregada.
BENDICIONES