Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo. Salmos 37:7
Creyentes o no, estamos en medio de una generación oprimida por el cansancio. La rapidez con la que cada día el mundo se mueve nos hace mantenernos inconscientes en un estado de tensión que se vuelve inevitable al llevarnos a la fatiga mental, física y espiritual. Es necesario para nosotros el mantener vivo el mensaje del salmista que nos invita a la calma, al silencio de descansar y esperar en Jehová.
El consumismo implacable que se respira también produce fatiga. Los bienes pasan de moda muy rápidamente, la tecnología de la comunicación es sustituida por los fabricantes mucho antes de que las actuales tengan su plena capacidad de rendimiento. Del otro lado del mundo, la posesión de bienes se ha convertido en el criterio de autorrealización personal. Esta guerra consumista agota todas las tácticas de bajo valor para llegar a la cima, el gran perdedor fue la ética, la moralidad y como todo se vale, se justifica cualquier medio.
La orientación sabia del salmista va en dirección opuesta a este siglo: «No te alteres con motivo del que prospera en su camino…no te excites en manera alguna a hacer lo malo. La línea trazada por la Palabra trasciende la ceguera de los valores mundanos. En lugar de agotarse en el trabajo, «descansa en el Señor.» En lugar de esclavitud para los días y las horas, «espera con paciencia». La propuesta bíblica para nuestro siglo, es la que se compromete con la vida espiritual en Cristo; aquellos que aceptan experimentan paciencia y descanso. Dios rico en amor y gracia te bendiga en este día, Amén.