Es increíble que en ocasiones perdemos el buen habito de orar, nosotros que nos llamamos cristianos porque tratamos de seguir el ejemplo de Jesús muchas veces no estamos teniendo una vida de oración.
Nuestro Señor Jesús es un modelo perfecto de una vida de oración, podemos leer varias veces en las escrituras que él dedicaba tiempo a la oración: “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.” Lucas 5:16 (Reina-Valera 1960).
Nuestro Señor Jesús hacia de la oración algo cotidiano, la utilizaba para dar gracias por los alimentos, para sanar a los enfermos, para hacer milagros, para fortalecer su espíritu y hasta para pedir por aquellos que le hacían daño.
Ahora bien, ¿Nosotros realmente tenemos una vida de oración?, ¿Realmente vemos en la oración nuestra fuerza espiritual para librar la batalla diaria de la vida?, Jesús dio un consejo especial: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” Mateo 26:41 (Reina-Valera 1960).
Nuestro Señor Jesús buscaba siempre la manera de fortalecerse en oración antes de cada jornada, un ejemplo a seguir: “A la mañana siguiente, antes del amanecer, Jesús se levantó y fue a un lugar aislado para orar.” Marcos 1:35 (Nueva Traducción Viviente).
A veces queremos que todo nos vaya bien, que todos nuestros problemas desaparezcan, que todo en nuestra vida sea perfecto, pero ni siquiera dedicamos un par de minutos de nuestro día a orar a Dios. Queremos que Él haga todo el trabajo pero ni siquiera se lo queremos pedir.
¿Cuándo fue la última vez que oraste antes de salir de tu casa hacia el trabajo?, ¿Cuándo fue la última vez que oraste por esa enfermedad recurrente en tu vida?, ¿Cuándo fue la última vez que diste gracias antes de ingerir tus alimentos?, ¿Cuándo fue la última vez que oraste por provisión antes de buscar quien te proveyera?, ¿Cuándo fue la última vez que oraste por esos familiares que todavía no se han alcanzado para Cristo?, ¿Cuándo fue la última vez que oraste por tu país o por tus gobernantes?, ¿Cuándo fue la última vez que oraste tranquilamente en tu casa en ese lugar a solas sin pedir nada, solo por el deseo de estar un tiempo con Dios hablando a solas, agradeciéndole todo lo que ha hecho hasta ese momento?
Es increíble que nosotros queramos ver resultados cuando ni siquiera estamos manteniendo un vida diaria de oración.
Es hora de orar, es hora de dedicar tiempo para Dios, cuando oramos somos más fuertes, cuando oramos somos más sabios, cuando oramos estamos más seguros de lo que vamos hacer, cuando oramos las cosas nos salen mejor.
Hoy quiero invitarte a no dejar de orar, no permitas que el cansancio o cualquier otra cosa te impida el hecho de mantener diariamente una vida constante de oración. Dios quiere escucharte, Él quiere platicar contigo a solas, búscalo porque seguro lo vas a encontrar.
¡Oremos!
“Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá.”
Mateo 7:7 (Traducción en lenguaje actual)