Mt.26:39-41 39 “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mi esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. 40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? 41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.”
No es fácil orar e interceder, es por el espíritu que lo podemos hacer, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil, pero cuando oramos, el Espíritu Santo toma esa debilidad y la convierte en fortaleza.
LO QUE NOS ENSEÑÓ JESÚS SOBRE CÓMO ORAR: Jesús se postró, debemos ir ante el Señor con actitud de humillación, porque Dios ve nuestra actitud.
Llamar a Dios Padre: Jesús llamó a Dios Padre porque le conocía y tenía una relación personal con Él. Nosotros debemos anhelar conocer al Padre como lo conoce Jesús y tener una relación personal con Él. Orar con Jesús: Él pidió a sus discípulos que oraran con Él. Hay personas que oran sin Jesús, que lo que hacen con vanas repeticiones, a veces incluyendo a personajes que manda la religión tradicional. Cuando oremos debemos orar con Jesús en el espíritu. Velad y orad, para que no entréis en tentación. Jesús habló de velar. En la antigüedad, velar era subir a una torre para ver por donde venía el enemigo. La oración nos hace ver por donde viene el enemigo a arrebatarnos las bendiciones que Dios tiene para nosotros. Muchos cristianos se quejan de que les viene una tentación tras otra, lo cual muchas veces es por falta de oración y de velar.
Orar a solas: Mt. 14:23 “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche estaba allí solo.” Hay momentos para orar en grupo, con otros hermanos, pero la comunión con El Padre, sólo se desarrolla en la intimidad, orando con Jesús, por medio del Espíritu Santo.