El Obispo de las Iglesia Pentecostales de Jesucristo y presidente de la Comunidad
Apostólica Internacional, doctor Reynaldo Franco Aquino llamó a todos los dominicanos a aprovechar el asueto de Semana Santa para fomentar la armonía familiar, movilizarse con prudencia y moderación, y reflexionar en la necesidad de la espiritualidad.
El también pastor principal de la Iglesia Centro de Restauración familiar y Avivamiento, (ICRA), indicó que en la ‘Semana Mayor’, son los días en que se conmemoran los grandes acontecimientos de nuestra redención.
“Esta Semana, tan rica en contenido espiritual, es una ocasión propicia para que la vivencia cristiana, de estos hechos históricos, enriquezcan a la familia, al igual que en el antiguo pueblo de Dios que, al celebrar la Pascua judía, lo hacía dentro del contexto familiar, teniendo como cabeza al padre y a la madre”, dijo.
Destacó que la Semana Santa honra el período que cambió al mundo: “Desde el Domingo de Ramos, hubo muchos sucesos que son esenciales para nuestra fe, incluida la institución de la Santa Cena, la Pasión de Jesús y su Resurrección de entre los muertos”.
Considera que la muerte de Jesús tiene un sentido redentor, ya que su valor radica en el amor personal con que se realiza, en la libertad con que se asume y en ser fruto de la verdad de Cristo:
“Esta muerte es un rescate, un pago, una deuda saldada. Jesús se convierte en un rescatador y liberador de la esclavitud del pecado. Es un signo de la nueva alianza, un nuevo pacto hecho con Dios”.
La Semana Santa actual
El pastor Aquino manifestó que la Semana Santa, se ha convertido en un espacio en el que la sociedad les da riendas sueltas a sus apetitos carnales y a manifestar las más baja miseria de los humanos, en lugar de equilibrar y armonizar, desde el interior y el encuentro de las relaciones personales y los vínculos con los demás, con la naturaleza, con el mundo y con Dios.
En el comunicado, mediante el cual hizo públicas estas declaraciones, Franco Aquino, reiteró que la Semana Santa, es una temporada que debe vivirse en consagración, reflexión y prudencia, porque sólo así se evitarán hechos lamentables como pérdida de vida, lesiones permanentes y otras desgracias que dejarían luto, dolor y tristeza en el seno de muchas familias dominicanas.
Concluyó invitando a la población a orar, leer la biblia y practicar la solidaridad.