A través de los estudios bíblicos y los mensajes cristianos aprendemos que tenemos un llamamiento Santo al cual debemos estar atentos, no descuidando nuestra salvación, sino cuidándola con temor y reverencia a Dios.
Así mismo Dios nos ha prometido Su amor y cuidado a nuestras vidas, (Romanos 8:11); El espíritu de Cristo que mora en nosotros nos vivificará y en Él tenemos redención y vida eterna; podemos estar seguras de su amor y confiadas, sabiendo que Dios ha determinado amarnos eternamente, guiándonos por el camino de nuestra bendición y herencia en los cielos, garantizándonos la salvación y vida eterna junto a Él.
Todo está preparado de antemano, para que nosotros sus hijos amados seamos hechura suya para alabanza de su gloria.
Leemos la palabra en: Romanos 8:24-25 “Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?. Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo esperamos”.
Hablar de fe, es hablar de poder, la fe en el Señor Jesucristo es la que mueve la mano de Dios, todo se vive por fe, nada es sin fe, la palabra de fe enviada con autoridad, solo se puede liberar de un corazón sano y limpio.
De un corazón manchado de maldad, de odios, celos, resentimientos, hipocresía, avaricia, no puede salir nada bueno; (Santiago 1:21) Para tener un corazón limpio y sano lo primordial es enfrentar nuestro pasado y ponerlo en orden, hay cuentas que no se han arreglado, errores que no se han perdonado, pecados no limpiados, malos hábitos no cambiados, cuantas manchas más podríamos encontrar en un corazón no transformado por la palabra y limpiado por el Espíritu Santo de Dios:
Efesios 4:22-24 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado de los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creados según Dios, en la justicia y santidad de la verdad”.
Nuestros pensamientos y nuestras fuerzas deben estar depositados en Dios y no en nosotros mismos, sin Dios en nuestro corazón nada somos, ni a nada llegaremos; todo es posible en Él, nada hay imposible para Dios, cuando se cree y se actúa en fe, en la perfecta voluntad del Padre, Marcos 9:23 “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.
Como hijos de Abraham, el padre de la fe, no debemos poner límite a nuestra fe, no debemos limitar nuestros pensamientos, porque conforme a nuestros pensamientos, así somos y así lograremos o no, lo que esperamos en Dios:
Proverbios 23:7 “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo.”
Debemos creer en el propósito de Dios para nuestras vidas, Dios nada hace sin un propósito; tú y yo, fuimos creadas con un propósito definido, Si Dios lo dijo: Dios lo hará; Si Dios te lo mostró: Dios lo concretará; Si Dios lo ordenó: Dios lo ejecutará; no debemos dudar, sino creer en sus promesas.
La fe que tenemos, es el Dios que poseemos, solo tú puedes engrandecerlo o empequeñecerlo, no limitemos nuestra fe, si lo hacemos estamos limitando a Dios en el obrar en nuestras vidas; Amadas lo que nosotros determinemos en nuestro corazón, lo cumpliremos sin dudar en nuestras vidas si andamos en fe, en la guía del Espíritu, y en la voluntad perfecta de Dios:
Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Dios en su perfecta sabiduría, planificó nuestras vidas desde antes de la fundación del mundo, Dios no hará nada sin antes revelarnos su propósito. A través de los estudios biblicos y los mensajes cristianos aprendemos que debemos buscar la guía del Espíritu Santo para que nos encamine al cumplimiento del propósito de Dios, lo que Dios ha determinado para tu vida no lo hará otro, lo que tú tienes que hacer nadie lo hará por ti, solo tú eres responsable del cumplimiento del propósito, solo en tí esta determinar tu presente y tu futuro en Dios.
El hombre no determina su propósito en Dios, sino que es Dios que ha determinado un plan eterno para el hombre; Dios ha diseñado nuestras vidas con un propósito eterno, y nos encamina cada día a su cumplimiento.
Para llegar a cumplir el propósito, tenemos un camino que transitar: La fe; es lo principal que debemos hacer crecer en nuestros corazones; el Espíritu Santo es quién nos ayuda a ejercitar la fe en Dios y creer en sus promesas, Hebreos 11:6 “Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”; nuestra fe es la que nos empujará al cumplimiento del propósito de Dios, la fe es la que nos ayudará a afirmar las promesas de Dios para nuestras vidas, la fe es la que abre nuestros ojos para tener la visión correcta en Su propósito; Dios se mueve con poder y gloria para mostrar Sus grandezas, Dios no tiene limites, es soberano sobre todas las cosas y ejecuta Su voluntad divina sobre todo lo que Él quiere cumplir en sus hijos amados.
Debemos permanecer creyendo en la palabra hablada por Dios a nuestro corazón, no debemos ser fluctuantes como las olas del mar que son arrastradas de un lado a otro, Santiago 1:6-7 “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quién tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”.
A través de los estudios biblicos y los mensajes cristianos aprendemos que si dejamos de creer en el plan de Dios para nuestras vidas; Dios no podrá cumplir sus promesas, no es que Dios no quiera, ni que Dios no pueda, sino que nosotros abortamos el plan de Dios que se destruyen por la falta de fe, por la incredulidad de nuestros corazones, por no permanecer en su camino y extraviarnos en los caminos del mundo, por la falta de preparación para ejecutar el propósito de Dios, todo esto tiene un nombre y es desobediencia, por la cual muchos no llegaron a recibir sus promesas; sin fe no hay cumplimiento de los propósitos de Dios.
A través de los estudios biblicos y los mensajes cristianos aprendemos que debemos enfrentar desafíos para avanzar al cumplimiento del propósito de Dios; y es enfrentarnos con nuestras propias vidas, apartarnos de todo lo que dañe al Espíritu Santo.
Dudas, temores, fracasos, rencores, amargura, recordemos que somos templo del Dios vivo y nuestro corazón debe ser limpiado de toda impureza, 1 Corintios 6:19-20 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestro. Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. .
Debemos pedir a Dios que despierte nuestros sentidos espirituales, que nos de discernimiento, muchas veces escucharemos la voz del enemigo sembrando dudas en nuestro corazón, como: Tú no puedes, no estás capacitado, tú no tienes carácter, tú no das la estatura, te falta mucho, y cuantas mas acechanzas usará el enemigo para destruir nuestra fe, para desalentarnos, para que retrocedamos y no avancemos en el propósito; (Juan 10:10). Pero nunca debemos retroceder, ni flaquear, ni apartarnos de la voluntad de Dios, debemos seguir confiando en Él, en Su palabra, en Sus promesas, en Su propósito para con nuestras vidas.
En el camino al cumplimiento del propósito de Dios, tenemos que pasar tiempos de espera, tiempo de disciplina, tiempo de crecimiento, tiempo de sujeción, obediencia y servicio.
El tiempo de espera para el cumplimiento del propósito de Dios, es el trayecto mas duro en nuestro avance, pero es muy productivo para nuestro crecimiento y madurez espiritual, es muy difícil de entender los tiempos de Dios, es muy difícil esperar cuando todo se complica en nuestras vidas, es muy difícil quedarse quieto cuando por dentro deseamos correr (Salmo 46:10); “Estad quieto y veréis la gloria de Dios“.
No es fácil mantenernos en las promesas, esperando en las instrucciones que Dios nos tiene que dar, tenemos que estar atentos a Su palabra y aferrarnos a ella. Dios nunca llega tarde en el cumplimiento de Su propósito, Dios en su perfecta sabiduría trabaja en nosotros para alcanzar el propósito tal cual Él lo ha destinado, en el tiempo exacto es allí que estamos preparadas para recibir la bendición de Dios.
A través de los estudios biblicos y los mensajes cristianos aprendemos que Dios es el que mejor nos conoce a cada una de nosotros, Él nos diseño con un propósito y Él, es quién lo cumplirá; Dios también puso Su esperanza y confianza en nosotros, Dios conoce como nos ha formado y el potencial que Él ha derramado en nuestras vidas.
La espera perfecciona nuestra fe, la espera perfecciona nuestro carácter, la espera aclara nuestra visión, la espera perfecciona nuestra paciencia, nuestra paciencia perfecciona nuestra humildad. ¡Gloria a Dios! Debemos agradecer a Dios por todo el proceso que nos hace pasar, todo es para nuestro bien, todo es para que podamos llegar al cumplimiento eterno de Su perfecta voluntad.
El sueño del corazón de Dios es ver Su propósito cumplido en ti, y el propósito de Dios se cumplirá en tu vida si estás plenamente convencido de que el que te lo prometió es fiel, eternamente fiel. A través de los estudios biblicos y los mensajes cristianos aprendemos que Dios te preparó un camino de bendición, solo tú puedes escoger caminar en Su voluntad, o seguir en tus propios caminos, tu elección es personal, Dios te hizo libre en todos los sentidos, Dios en su inmensa bondad te dejo a tu libre albedrío, te dio a elegir entre el bien y el mal y según tu decisión caminarás, y lograrás cumplir o no el propósito de Dios en tu vida.
Oro a Dios en este momento por ti. Dios te bendiga hoy y siempre.