Dios nos ha liberado de la esclavitud del cuerpo y de la ley por medio de la Obra de Cristo Jesús en la cruz del calvario somos libres, tenemos ahora que vivir esa vida de justicia y de santidad.
¿Y cómo lo hacemos? trayendo nuestra vida al Señor y fíjese que Pablo dice aquí algo también interesante, dice: «En sacrificio vivo, santo, agradable a Dios» él elabora ahora un poquito más esta idea de presentar el cuerpo ¿cómo debemos presentar nuestro cuerpo al Señor? bueno, veo que aquí dice «presentar nuestros cuerpos como un sacrificio vivo» como un sacrificio vivo.
Usted ve lo que yo antes aclaraba de que presentar quiere decir como traer un sacrificio como los sacerdotes traían el sacrificio, lo presentaban delante del Señor y entonces lo quemaban para que fuera consumido delante de la Presencia de Dios y que ese ardor, esa carne que representaba como la muerte y el consumo de lo carnal, lo animal, lo terrenal, lo diabólico delante de la Presencia del Señor y Dios entonces al ver esta carne quemarse era como: ok Mi ira está satisfecha, Mi justicia está satisfecha, Yo he dicho que la paga del pecado es muerte que cuando el hombre peca morirá como le dije a Adán y Eva.
Ahora este animal que representa el pecador al ser consumido y destruido representa como la satisfacción de Mi justicia. Bueno entonces Pablo está diciendo que así tenemos nosotros que presentar nuestros cuerpos, nuestra carne, nuestra naturaleza humana como un sacrificio vivo. De nuevo es interesante esta idea que la Biblia trabaja una y otra vez asociando la muerte de una parte de nuestro ser, la parte terrenal y carnal con la santificación y el resucitar a una vida nueva diferente.
El apóstol Pablo dice por ejemplo en Romanos 6:6: «Sabiendo esto: que nuestro viejo hombre» ¿ve? viejo hombre es un término clave que usa el apóstol Pablo refiriéndose a la vieja naturaleza: el pecado, el cuerpo, la carne, la parte terrenal, animal y carnal del ser humano «sabiendo que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él para que el cuerpo del pecado sea destruido a fin de que no sirvamos más al pecado.»
Esto es una elaboración más profunda de lo mismo que dice el apóstol Pablo en código y muy compactamente cuando dice que presentemos nuestros cuerpos en sacrificio vivo como un sacrificio. ¿Cómo fue presentado Cristo a través de la cruz del calvario? dice como un cordero sin mancha, como un sacrificio ¿no? Cristo fue el último sacrificio, el más alto tipo de sacrificio que Dios podía recibir; el ser perfecto que Él era fue crucificado, fue inmolado como un cordero santo sin mancha delante del Señor, fue presentado a sí mismo ¿no? delante de Dios.
¿Y sabes? que lo que dice Pablo aquí es que nosotros también tenemos que pasar por un tipo de sacrificio, tenemos que también nosotros ser crucificados. Dice que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él. En otras palabras nuestra vieja naturaleza cuando nosotros nos entregamos al Señor es como que Dios la considera crucificada juntamente con Cristo y ya Dios la ve así.
Ahora en la vida diaria nosotros tenemos que hacer de ese acto espiritual absoluto una cosa que se repite día a día, tenemos que hacerlo algo actual. Lo que Dios ha hecho en una forma jurídica judicial ahora en nuestra vida diaria nosotros lo hacemos una cosa, un hecho real, continuo paulatino que se va consumando y se va perfeccionando y se va realizando día a día.
«Nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él» como un sacrificio ¿no? ¿recuerdan? presentemos nuestro cuerpo como un sacrificio vivo para que el cuerpo del pecado dice Romanos 6 sea destruido a fin de que no sirvamos más al pecado porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado.
Es una idea maravillosa ¿no? continuamente Dios está tratando eso con nosotros. Esta idea de que morimos para vivir, de que una parte de nosotros muere, la vieja naturaleza va muriendo día tras día para que nosotros resucitemos a una vida nueva en Cristo Jesús, capítulo 6 de Romanos versículo 4: «Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos para la Gloria del Padre así también nosotros andemos en vida nueva.»
Qué interesante: hay una conexión entre muerte al pecado y vida nueva a la justicia y la santidad de Dios y que la manera en que eso sucede es nosotros presentándonos como un sacrificio y muriendo cada día más y más para que la vida de Cristo se manifieste más y más en nosotros.
De paso es interesante que ese es el simbolismo del bautismo. Cuando usted se bautiza usted está haciendo precisamente una expresión gráfica y simbólica de lo que se ha dado ya en su vida y lo que estará dando a través de toda su vida también.
Cuando el nuevo creyente entra a las aguas del bautismo y el Pastor o la persona que está oficiando toma su cuerpo y lo sumerge en el agua y la persona que está siendo bautizada por un momento desaparece dentro del agua ese momento representa la muerte del nuevo creyente; representa su muerte al mundo, a la carne, al pecado, a servir la pecaminosidad y la injusticia y entonces cuando surge de nuevo a la superficie en un instante representa la vida nueva de santidad a la cual ese creyente está siendo llamado.
Es el profundo significado del bautismo, es el significado de morir, morir a la carne para vivir en la santidad. De nuevo capítulo 6 Romanos dice: «¿Qué pues diremos, perseveraremos en el pecado para que la Gracia abunde? en ninguna manera porque los que hemos muerto al pecado ¿cómo viviremos aún en él?
Entonces Pablo aclara: «¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en Su muerte porque hemos sido sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos para Gloria del Padre así también nosotros andemos en vida nueva?»
En otras palabras Pablo dice: presenten sus cuerpos como un sacrificio vivo, maravilloso de nuevo el simbolismo, la profundidad de la Palabra del Señor. Lo que nosotros tenemos que hacer cada día en nuestra vida en nuestra búsqueda de santidad es presentarle al Señor los elementos de nuestro ser como un sacrificio vivo.
Ahí está la cosa. Nosotros no tomamos un cuchillo y nos cortamos las venas o nos matamos literalmente pero lo que hacemos en un sentido es que cada día el creyente debe estar muriendo un poquitito, debe estarse presentando ante el Señor como un sacrificio vivo; claro todos los días estamos vivos pero todos los días estamos muriendo un poquito más a la carne.
La vida cristiana es una muerte paulatina, una muerte paulatina de todas las cosas malas, dañinas, destructivas en nosotros. Ninguna persona puede ser un buen cristiano si no está muriendo un poquitito cada día, qué interesante pero de esa manera puede llegar a ser también una criatura verdaderamente viva y verdaderamente poderosa para con Dios.
Presenta tu vida a Cristo como un sacrificio, muere cada día un poquito más y entonces podrás vivir al propósito que Dios tiene para tu vida. Que Dios te bendiga me despido de ti y hasta nuestra próxima meditación, un placer estar con ustedes Dios les bendiga.