Voz del Tabernáculo

Nuestra vida es una alabanza viviente al Rey de Reyes y Señor de Señores.

VOZ TABERNACULO

La alabanza y la adoración no son solo actos, sino el latido mismo de nuestra existencia. Cada respiración es un testimonio de vida, y cada sentido que Dios nos ha dado nos invita a percibir Su grandeza. Palpamos Su amor, olemos Su fragancia, degustamos la dulzura de Su presencia.

Fuimos creados para la adoración, pues nuestras almas inmortales siempre proclamarán Su gloria. No hay instante en la eternidad donde la alabanza a Dios no resuene, porque Él es digno de honra por los siglos de los siglos.

Nuestra vida es una alabanza viviente al Rey de Reyes y Señor de Señores. Cuando adoramos juntos, levantamos una nube de gloria que trae Su presencia a la tierra. La iglesia de Jesús no es un espacio de entretenimiento, sino el lugar donde el cielo desciende y Su gloria se manifiesta.

Dios habita en el cántico nuevo, en la voz de un pueblo que le exalta sin reservas. Él mismo lo declara: «Yo soy el Rey de Reyes». ¡Adorémosle con todo nuestro ser.

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

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