Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Hebreos 10:23
Los cristianos somos cortos de vista y de incrédulos ni se diga, nuestra perspectiva sobre la vida a veces está distorsionada, rodeada de falsos valores. Vivimos en un mundo donde las metas son la prosperidad material, la seguridad, el placer, el prestigio, etc. Esa atmósfera que nos rodea hace ver la vida cristiana como algo difícil, donde cuesta cumplir con nuestras metas espirituales, pues tristemente con esa actitud siempre veremos muy remoto el cielo.
Al mirarnos en espejos curvos, el resultado es ver imágenes distorsionadas, se ven grotescas y fuera de la realidad. Cuando miramos la vida desde estos extraños espejos parece como si nada fuera a cambiar, el aquí y ahora nos abruma, nuestros problemas y nuestro futuro son inciertos. Necesitamos vernos en el espejo de Dios, un espejo que nos muestra como el Señor nos ve y nuestra verdadera realidad espiritual.
Por medio de este cristal veremos la esperanza que tenemos por delante, que es en Cristo triunfante, que volverá por nosotros, lo que valemos para Él, al haber sido redimidos y comprados a precio de sangre. Cuando entendamos que somos infinitamente preciosos para Dios, toda nuestra mala actitud que tenemos sobre esta vida va a cambiar. Necesitamos que Jehová abra nuestros ojos espirituales, pues así veremos el grandioso poder que opera en nosotros y que podrá transformarnos radicalmente, para darnos la fuerza de vivir nuestra vida espiritual en victoria. Dios te llene de gracia, amor y bendiciones para este día, Amén.