JUECES 16:15-17 Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza. 16 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunando, su alma fue reducida a mortal angustia. 17 Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuera rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilité y seré como todos los hombres.
Quiero comenzar este mensaje haciéndole una pregunta: ¿En qué consistía la fuerza de Sansón? es decir, ¿Por qué Sansón tenía tanta fuerza? y seguramente la respuesta de muchos será: ¡POR QUÉ NO SE CORTABA EL CABELLO! podemos decir entonces que muchos consideran que la fuerza de Sansón estaba en su cabello.
Y quiero decirle que ¡TAMBIÉN SANSÓN COMETIÓ ESE ERROR! pero ¿Cuál fue el error de Sansón? ¿Tener una relación sentimental con Dalila? ¿Dejarse engañar por ella? ¿Dejarse cortar el cabello? NO, el PRINCIPAL ERROR de Sansón fue CREER QUE LA RAZÓN DE SU FUERZA ESTABA EN SU CABELLO, y no en Dios.
En la palabra de Dios podemos ver que fue el espíritu de Dios quien vino siempre sobre Sansón para ayudarlo, para darle la capacidad de hacer cosas extraordinarias:
(Jueces 14:5-6) Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, había aquí un león joven que venía rugiendo hacia él. 6 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.
(Jueces 14:19) Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y descendió a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos; y tomando sus despojos, dio las mudas de vestidos a los que habían explicado el enigma; y encendido en enojo se volvió a la casa de su padre.
(Jueces 15:14-15) Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos. 15 Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres.
Y entonces ¿POR QUÉ SANSÓN NO SE CORTABA EL CABELLO? Porque su cabello era una señal de obediencia, pues ÉL ERA UN NAZAREO desde su juventud
(Jueces 13:5) Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.
El VOTO DE NAZAREO era un compromiso especial de consagración a Dios, que está descrito en Números 6:1-21. La persona que hacía este voto se apartaba del vino y de productos derivados de la uva, no se cortaba el cabello y evitaba cualquier contacto con muertos, incluso familiares, como señal de santidad y dedicación total a Dios por un tiempo determinado, o de por vida, como en el caso de Sansón.
La palabra «NAZAREO» proviene del hebreo «nazir», que significa «consagrado» o «apartado». Era una forma visible de decir: “esta persona está apartada de Dios”.
Sansón era Nazareno, pero no radica en eso su fuerza, SU PODER SIEMPRE VINO DE DIOS aunque quizás Sansón nunca lo reconoció.
Podemos ver en la Biblia que cuando Sansón expresó que la razón de su fuerza era su cabello y no Dios, el Señor ya no lo respaldó, el Señor ya no lo fortaleció, pues no reconoció que la razón de sus victorias y de su poder no era su cabello, ni su voto Nazareo, SINO EL SEÑOR
(Jueces 16:17) Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuera rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilité y seré como todos los hombres.
(Jueces 16:20) Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él.
Lastimosamente Sansón comprendió y reconoció que su fuerza no venía de su cabello ni por ser un nazareo, sino de Dios cuando ya fue demasiado tarde, el invoco la fuerza y el poder del Señor para morir junto con los filisteos (Jueces 16:28-30) Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. 29 Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas,
su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. 30 Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.
AHORA TRASLADEMOS ESE ERROR DE SANSÓN A LA VIDA DE NOSOTROS COMO CRISTIANOS:
I) MUCHAS VECES SE NOS OLVIDA DE DONDE VIENEN NUESTRAS VICTORIAS
(Santiago 1:16-17) Amados hermanos míos, no erréis. 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
El error de muchos cristianos es que, al igual que Sansón, creemos que las bendiciones, las victorias, los milagros, el poder viene de lo que tenemos o de lo que hacemos y no le damos gloria a nuestro Dios, pues NO RECONOCEMOS QUE TODO VIENE DE ÉL .
Tenemos que reconocer que muchos de nosotros decimos palabras como: Estoy bendecido porque soy un ganador de almas, Mi negocio va bien porque yo soy un diezmador, Estoy en victoria porque soy un servidor de la iglesia, Estoy bien bendecido por todo lo que hago para Dios
No nos equivoquemos, TODO LO QUE HACEMOS ES POR AGRADECIMIENTO Y POR OBEDIENCIA pero comprendamos que no es todo eso lo que nos bendice, no está en lo que hacemos nuestra bendición, NUESTRA BENDICIÓN VIENE DE DIOS Y NUESTRA CONFIANZA DEBE ESTAR EN ÉL tenemos que darle gloria y honra solamente a Él toda adoración, toda gloria, todo honor no es para nosotros mismos ni para ningún ministerio ni para ninguna iglesia sino solamente para nuestro Dios (Apocalipsis 7:11-12) Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, 12 diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
II) ES POR ESO QUE MUCHAS VECES NOS SENTIMOS FRUSTRADOS, PORQUE PONEMOS NUESTRA CONFIANZA Y NUESTRA ESPERANZA EN LO QUE HACEMOS Y NO EN EL SEÑOR
(GÁLATAS 6:9) No nos cansemos, pues, de hacerlo bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
Nos cansamos de hacer lo bueno, de servir, de ganar almas, de congregarnos con constancia, de ofrendar y diezmar, porque PONEMOS NUESTRA CONFIANZA EN LO QUE HACEMOS, y no preguntamos, si hago esto y lo otro ¿Por que no recibo? ¿Por qué no me sano?, NO DEBEMOS CONVERTIR NUESTRO SERVICIO EN UN ÍDOLO (1 Corintios 10:14) Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.
Pues no hemos entendido que nuestra sanidad, nuestra bendición, nuestra provisión, NO VIENE DE LO QUE HACEMOS SINO DE NUESTRO DIOS, en Él tenemos que poner toda nuestra esperanza, toda nuestra fe y nuestra confianza, reconociendo que todo lo que hacemos es por AGRADECIMIENTO Y OBEDIENCIA
CONCLUSIÓN: Sansón descubrió tarde que su fuerza no proviene de su cabello, ni de su voto, sino del Dios que lo llamó. No cometamos ese mismo error. Dejemos de confiar en lo que hacemos, en lo que sabemos, en lo que aparentamos, y volvamos nuestra confianza solo al Señor. Hoy es el día para reconocer que sin Él no somos nada, y con Él lo tenemos todo. Regresemos al Dios de toda fuerza, poder y victoria.
