En el presente momento el mundo se expone a una agobiante situación a causa del Coronavirus que azota con furia a China y empieza a crear preocupación en Estados Unidos y el resto del concierto de naciones, nosotros los creyentes estamos confiados en Dios y Su Palabra: “Aun cuando atraviese el negro valle de la muerte, no tendré miedo, pues tú irás siempre muy junto a mí. Tu vara de pastor y tu cayado me protegen y me dan seguridad.” Salmo 23:4 NBV.
No tenemos porqué temer, porqué andar preocupados, porqué desorientarnos, ni mucho menos tener que acudir al hombre para sugerirle nada, la Sangre De Cristo nos protege, somos para Dios Su Especial Tesoro.
Así como la sangre en el dintel de la puerta donde estaba reunido el pueblo De Dios cubrió a Su pueblo de las 10 plagas de Egipto, así hoy nos cubre el Señor de cualquier plaga, sea Coronavirus o la enfermedad que pueda aparecer, Dios nos habla diciendo: “Yo te libraré de la hora de la prueba”.
“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
Apocalipsis 3:7-13 RVR1960.
Enfocado en Sus Promesas caminamos en Fe: “En el día que temo, Yo en ti confío.”
Salmos 56:3 RVR1960.
Palabra de fortaleza y verdadera, fiel y digna, otra versión bíblica, testifica: “Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza.” Salmo 56:3 NVI.
No te afanes ni te desaliente, ánimo, el Señor está con nosotros: “El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.” Salmos 91:1-16 RVR1960.
Dios te continúe bendiciendo, hoy y siempre.