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¡No temamos al proceso de quebrantamiento!

Cuando el maestro, el gran artista, toma el cincel y el martillo y comienza a darle golpes a la piedra dura hasta sacar de ella una maravillosa obra de arte, podemos decir que la está quebrantando para darle la forma deseada. Usted y yo somos esa piedra dura y rústica, lista para ser esculpida en las manos de Dios, el Gran Maestro, el Artista Divino.

La palabra ‘quebrantar’ viene de un vocablo griego ‘sunthrupto’ que significa, rompimiento y liberación. Generalmente cuando lloramos, es porque se ha roto la fuente de nuestro corazón, en otras palabras, el corazón está quebrantado. Y ese rompimiento produce una liberación de emociones que tiene como resultado que broten lágrimas. Es importante saber que en medio de ese quebrantamiento, Dios está más cerca de lo que imaginamos (Salmo 34: 18), pero tenemos que entender que ese acercamiento de Dios, que no notamos cuando estamos en el proceso, nos da la garantía de que El está haciendo algo lindo en nosotros, que usará para cumplir su propósito.

El Apóstol Pablo dice en Romanos 8: 18 «Pues tengo por cierto, que las aflicciones del tiempo presente, no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse». Este entendimiento solo llega cuando nos sometemos, como piedras duras y rústicas, en las manos del Gran Maestro y Artista Divino; cuando sabemos que el tiempo difícil – el quebrantamiento- que estamos atravesando ahora, no se compara con la bendición mayor que Dios manifestará en y a través de nuestras vidas.

¡No temamos al proceso de quebrantamiento, porque la bendición por venir es mayor!

Fuente:
Nancy G. Marquez

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