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No te detengas

Los comentarios negativos querrán siempre apartarte de tu objetivo, siempre habrá gente que no creerá en ti ni en lo que quieres lograr, siempre habrá gente que te dirá que no lo hagas que vas a fracasar, siempre habrá gente que tratara de introducir miedo o duda a tu mente, gente que va a camuflajear de “sabio” su consejo sin darse cuenta que lo único que está haciendo es confundirte o desanimarte para que no luches.

Ahora yo te pregunto: ¿De quién es ese sueño?, ¿A quién le fue puesto ese anhelo?, ¿Quién es el que quiere lograr esa meta?, ¿Acaso no eres tú?, ¿Acaso no fue a ti al que Dios puso ese sentir, ese anhelo, ese sueño o esa meta?, ¿Entonces porque lo que otros digan o pienses tiene que influir en lo que tú quiere hacer?

Es hora de entender que hay palabras que Dios da especialmente para ti, palabras que muchos no creerán y la verdad, es normal que no crean pues esas palabras no les fueron dadas a ellos, sino a ti.

José hijo de Jacob, era un soñador, Dios había puesto en él sueños de grandeza, sus hermanos lo detestaban por eso, hasta sus padres le llamaban la atención que dejará de decir tales cosas, sin embargo cuando Dios pone en ti un sueño, Él lo ha de cumplir.

La Biblia cuenta:
“Una noche José tuvo un sueño, y cuando se lo contó a sus hermanos, lo odiaron más que nunca. —Escuchen este sueño —les dijo—. Resulta que estábamos en el campo atando gavillas de grano. De repente, mi gavilla se levantó, y las gavillas de ustedes se juntaron alrededor de la mía, ¡y se inclinaron ante ella! Sus hermanos respondieron: —Así que crees que serás nuestro rey, ¿no es verdad? ¿De veras piensas que reinarás sobre nosotros? Así que lo odiaron aún más debido a sus sueños y a la forma en que los contaba. Al poco tiempo José tuvo otro sueño y de nuevo se lo contó a sus hermanos. —Escuchen, tuve otro sueño —les dijo—. ¡El sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí! Esta vez le contó el sueño a su padre además de a sus hermanos, pero su padre lo reprendió.” Génesis 37:5-10 (Nueva Traducción Viviente)

Dios había puesto en José los sueños que más tarde se iban a cumplir, sin embargo en su momento fue despreciado, odiado y hasta vendido por sus hermanos, aquellos con los que compartía su día a día, hasta su padre en momento determinado lo reprendió.

Quizá Dios ha puesto en tu vida ciertos sueños, quizá al contárselos a alguien has recibido críticas, burla, desprecio y hasta risas. Quizá hay personas que han querido menospreciarte a causa de tus anhelos, sin embargo nada de lo que ellos digan, hagan o quieran provocar en ti hará que esos sueños dejen de cumplirse.

El único que debe creer eres tú, porque fue a ti a quien Dios le hablo o a quien puso en su corazón lo que Él va a hacer.

No importa como pinte el panorama, no importa que la gente no crea en lo que quieres hacer o en lo que quieres lograr, basta con que Dios crea en ti y en lo que va a cumplir en tu vida.

A veces no va ser necesario recibir la aprobación de todo mundo, es más a veces al querer recibir la aprobación de todo el mundo te encontraras con desprecios que te harán creer que nada va a suceder en tu vida, sin embargo, Dios que un día puso en tu corazón esos sueños hará que se hagan realidad, no por capricho, sino porque Él lo decreto de esa manera y cuando Dios habla, no hay comentario negativos, no hay menosprecio que valga, no hay burla que cambie las cosas, no hay consejos “sabios” que evite que lo que Dios te dijo se cumpla.

Hoy te invito a luchar, lucha por lo que Dios puso en tu corazón, no te detengas, que la burla, que el menosprecio o los comentarios negativos te sean la fortaleza que necesitas para seguir creyendo que Dios hará que todos aquellos que un día no creyeron en ti lo alaben por lo que hará en tu vida.

¡No te detengas!, ¡No te desanimes!, si Dios lo dijo, ¡Dios lo hará!

¡Lucha por esos sueños! ¡No te detengas!

“El Señor llevará a cabo los planes que tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh Señor, permanece para siempre. No me abandones, porque tú me creaste.” Salmos 138:8 (Nueva Traducción Viviente)

Fuente:
Pastor Enrique Monterroza | El Salvador, Centroamérica

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