«Ningún siervo puede servir a dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y a las riquezas.» Lucas 16:13. La Nueva Biblia de los Hispanos.
La infidelidad ha penetrado con tantas fuerzas en la Iglesia, que estamos experimentando en ciertos sectores de la misma un deslizamiento, por cierto muy peligroso, y parecería que «los vagones del tren ministerial necesitan mantenimiento”. Intereses espurios hacen sombra en una parte del territorio evangélico.
No se puede proclamar santidad a Dios y al mismo tiempo decantarse por la avaricia y el amor al dinero, por el afán desmedido y desordenado de adquirir riquezas). Dice la Palabra Del Dios viviente, lo siguiente: «No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.» S. Mateo 6:19-21 RVR1960.
Hay un remanente que está rogando al Señor para que ÉL vuelva de la ambivalencia a ese sector que por ambición anda tras la agenda que procura «servir a otro señor». «Quien ama el dinero, de dinero no se sacia. Quien ama las riquezas nunca tiene suficiente. ¡También esto es absurdo!» Eclesiastés 5:10 NVI. Otra versión, describe: «El que ama el dinero, siempre quiere más; el que ama las riquezas, nunca cree tener bastante. Esto es también vana ilusión,» Eclesiastés 5:10 DHHS94.
Es hora de definir qué es lo que queremos, Dios está observando, sigue nuestros pasos, mira todas y cada una de nuestras acciones, hubo un tiempo donde había que asumir una postura vertical en cuanto seguir a Dios o a sus enemigos, Josué le dijo al pueblo: «Y si mal parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová». Josué 24:15.
Es como si el Señor dijera hoy: “ Escojan ustedes , o me sirven a mí , o a los intereses corruptos de los hombres , decidan”.
¿ No es Cristo suficiente?.
¿Qué estamos buscando en la avaricia , si de ahí nos sacó el Señor?, qué atractivos posee ese “otro señor” que mi Señor no pueda proveerme?.
Esas y muchas otras preguntas vienen a mi mente, y sé que también usted se cuestiona acerca del cambio de la fidelidad a Dios por la búsqueda de dinero , práctica que está a la vista de la gente en la presente coyuntura.
«¿Por qué me llaman ustedes, “Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo?» San Lucas 6:46 DHH94PC.
Dios te continúe bendiciendo. Maranatha.