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No negociemos la paz de Dios

El pensamiento humano es una muestra clara del libre albedrío que Dios nos ha otorgado, el hombre busca infatigablemente entender la forma en que los pensamientos influyen en la vida de cada uno, pero, cada vez que alcanzan una pequeñísima comprensión al respecto, se dan cuenta de que sólo han vislumbrado la punta del iceberg y por lo tanto todavía les queda mucho más por aprender y entender referente a sus propios pensamientos.

Sin embargo, gracias a la misericordia del Señor, poseemos a nuestro alcance innumerables formas y métodos de encontrar las respuestas a esos enigmas que el hombre se plantea a lo largo de su vida. Pensar con perseverancia en los asuntos de Dios es una garantía de que encontraremos paz, que no tendremos inquietudes perturbadoras que provoquen desvelos ni enfermedades sino todo lo contrario, el simple hecho de perseverar con nuestro pensamiento puesto en el Señor enriquecerá nuestras vidas de tal manera que ni siquiera nosotros tendremos la necesidad de preguntarnos el porqué nos sentimos tan tranquilos, porque esa paz interior que experimentamos cuando depositamos en el Creador todo lo nuestro es similar a la quietud de la brisa apacible que refresca el ambiente dándonos conformidad aún en los días más calurosos.

Incluso los más escépticos pueden comprender la lógica contenida en esas palabras que nos aseguran que perseverar pensando en el Señor nos dará paz, porque ya sabemos todos que en ocasiones el hombre se empeña en buscar soluciones a los conflictos y situaciones diarias mediante el maltrato de su propia mente.

Esto es muy cierto. Es como si el atormentarse con aquello que no han podido resolver creara una especie de adicción que no los deja hasta que logran sumergirse en la perturbación. Cuán diferente es depositar la confianza en el Señor, creer por encima de todas las cosas que él tiene el control de todo y que nada sucede si él no lo permite. Es así como opera este mundo que Dios ha diseñado, el mundo de confianza plena en él si confías tendrás paz, si no lo haces te alejarás de él cada día más y más.

Si piensas en Dios y todo lo que él de una u otra manera pone en tu camino, él se sentará a tu lado y caminará contigo. Es algo tan sencillo como sumar dos y dos, mas, a veces hasta los cristianos olvidamos que su infinito poder está de nuestro lado. En este día te invito a que experimentes esa paz maravillosa que el Señor ha prometido a aquellos que en él confían, solamente tienes que dedicar cada espacio de tus pensamientos a meditar sobre las promesas y el amor de Dios.

Cada instante que tengas disponible al levantarte, en tus recesos del trabajo diario, al caminar, mientras almuerzas, antes de acostarte… en todo momento, piensa en nuestro Señor, pídele que ilumine tus pensamientos con su amor y aleja todo otro pensamiento que no sea provechoso para tu vida mediante la meditación constante y permanente en las cosas del Señor. Entonces hallarás paz para tu vida y tendrás la tranquilidad que tanto has deseado, porque el Señor lo ha prometido y tú sabes bien que él no te fallará.

Bendiciones eternas para todos los que hemos decidido enfocar el pensamiento de este día y cada uno de los días del resto de nuestras vidas en el Señor Todopoderoso para vivir por siempre rodeado de su paz.

Fuente:
Gracia y Paz

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