Voz del Tabernáculo

No hay Paz sin comunión con Dios

El ser humano busca la paz en muchas direcciones. En el dinero, en el éxito, en las relaciones o en los placeres de la vida. Sin embargo, estas cosas son pasajeras y no pueden llenar el vacío del alma. Jesús, en Juan 14-27, nos recuerda que la paz verdadera no viene del mundo, sino de Él mismo.

«La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.»

La paz que Cristo nos ofrece no depende de las circunstancias. No es una paz temporal ni frágil, sino una paz firme que solo se encuentra en una relación con Dios. Cuando estamos en comunión con Él, podemos enfrentar cualquier situación con confianza, sabiendo que Él tiene el control.

El mundo ofrece una paz basada en la ausencia de problemas, pero la paz de Dios permanece aún en medio de las tormentas. Es una paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4-7), una paz que nos sostiene cuando todo parece derrumbarse.

Por eso, si hoy sientes inquietud, angustia o temor, acércate a Dios. Busca Su presencia en oración, en Su Palabra y en la adoración. No hay paz sin comunión con Él, porque Él es nuestra paz (Efesios 2-14).

Señor, gracias porque en Ti encontramos la paz que el mundo no puede darnos. Ayúdame a permanecer en comunión contigo, a confiar en tu amor y a descansar en tu presencia. Que mi corazón no se turbe ni tenga miedo, porque sé que Tú estás conmigo. Gracia y Paz..

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

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