Él te condujo a través del inmenso y terrible desierto, con sus serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra sedienta donde no había agua; Él sacó para ti agua de la roca de pedernal. En el desierto te alimentó con el maná que tus padres no habían conocido, para humillarte y probarte, y para finalmente hacerte bien. Deuteronomio 8:15-16
Para aquellos que han seguido a Jesús en esta temporada de transición, esto es para ustedes: Escuché al Señor decir: “No los he guiado de esta manera para burlarme de ustedes, no los moví del camino familiar al camino pionero para decepcionarlos o darles falsas esperanzas. Yo no les di sueño tras sueño y señal tras señal solo para llevarlos a un callejón sin salida y puertas cerradas. No comencé con ustedes esta aventura de fe sin la intención de terminarla.”
“Yo no desperté un fuego radical en ustedes tan solo para verlos apagarse lentamente, no les di amor por las naciones solo para verlos estrellarse contra las rocas. No puse un santo descontento en su vida por norma, tan solo para que nunca pudieran ver y experimentar lo extraordinario, y no puse un manto de avivamiento en ustedes para verlo sin usar y dormido. No escucharon mal, no vieron mal, ni fallaron en la prueba. No los envié a desmantelar su fe y hacerlos regresar corriendo a la cueva. No los aparté para torturarlos con aislamiento, falta de comunidad, y falta de amistades y personas que los conocen y defienden”.
Yo voy a sacarlos de la fase de transición y preparación, a la fase de construcción y establecimiento de su vida y llamado. El estilo de vida nómada que se mueve de un lugar a otro, de una temporada a otra, y que nunca echa raíces profundas, ha terminado. Los llevaré al lugar donde pueden dejar sus maletas y plantarse. Por fin sentirán como si hubieran encontrado su DESCANSO. Yo voy a rodearlos de relaciones comunitarias y de pacto que durarán toda la vida. Estoy despejando la niebla y la confusión de la transición y poniendo en sus manos un nuevo propósito, los estoy colocando en una posición para la convergencia del impacto y la tribu.”
“En los próximos meses sentirán que la cortina de humo que ha dificultado el discernimiento y la recepción de dirección se levantará y obtendrán sus coordenadas, sentirán un asentimiento en su espíritu para saber que camino seguir. El enemigo ha tratado de nublar su juicio e incluso hacerlos cuestionar los pasos que los llevaron hasta aquí, porque tiene miedo de que claven su estaca en su lugar de influencia. Ha tenido miedo de que estén en su tierra de deleite que hace que todos los planes e intenciones de mi corazón se manifiesten sobre ustedes, pero nada detendrá lo que Yo he diseñado para ustedes”.
“Incluso ahora mismo, se están revelando los caminos y opciones equivocados a su alrededor, serán expuestas las puertas equivocadas y el plan “B” para correr hacia atrás se cerrará. Yo conozco los deseos de su corazón y así como dijeron que “SÍ” a ser fieles, Yo seré fiel para honrar lo que es importante para ustedes. Yo los estoy llevando a un lugar amplio y espacioso que les dará vida y hará que su familia prospere de una manera que en el pasado nunca lo hicieron. Esta es la tierra que les prometí que poseerían y en la cual florecerían”.
“Yo cumpliré la promesa que les hice que serían dueños de su propia casa, un lugar de paz, un refugio, un legado. Donde había escasez, encontrarán que ahora tienen un favor inusual porque este será su lugar de descanso y su lugar de vivienda. No tendrán que esforzarse para encontrarlo, de hecho, Yo los estoy haciendo entrar en el. ¡Ni siquiera tendrán que perseguirlo, por el los perseguirá a ustedes! Y verán que esta temporada ha sido por causa del legado de su casa y el establecimiento de sus generaciones. Fue por la emancipación de décadas de ciclos que ahora Yo he roto. Es tiempo de establecerse, y Yo digo que es hora”. (Nate Johnston)
Deuteronomio 11: 8-12 Guardad, pues, todos los mandamientos que os ordeno hoy, para que seáis fuertes, y entréis y toméis posesión de la tierra a la cual entráis para poseerla; para que prolonguéis vuestros días en la tierra que el Señor juró dar a vuestros padres y a su descendencia, una tierra que mana leche y miel. Porque la tierra a la cual entras para poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde vinisteis, donde sembrabas tu semilla, y la regabas con el pie como una huerta de hortalizas, sino que la tierra a la cual entráis para poseerla, tierra de montes y valles, bebe el agua de las lluvias del cielo. Es una tierra que el Señor tu Dios cuida; los ojos del Señor tu Dios están siempre sobre ella, desde el principio hasta el fin del año.
Con amor y oraciones,
