Porque no me avergüenzo del evangelio; pues es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primero y también al griego. Romanos 1:16
Muchos piensan que creer en Jesús es sólo para gente que no usa el cerebro. Eso no es cierto. Llegar a conocer a Dios no significa que dejas de razonar. Significa que lo usas para comprender las grandes respuestas de Dios a las preguntas más importantes de la vida.
La Biblia nos enseña algunas verdades que son un reto para nuestro entendimiento, como por ejemplo: que Jesus es Dios que nació como un ser humano… que Jesús resucitó de entre los muertos. Esos son algunos de los acontecimientos difíciles de entender por el cerebro humano, y es por ello que muchas personas muy inteligentes se ha propuesto a validarlos, han decido leer la Biblia y han llegado a la conclusión de que es absolutamente cierta. Una prueba de ello es la historia de un abogado británico muy inteligente llamado Frank Morison que trató de probar que nuestra religión cristiana no es verdad.
Empezó a escribir un libro tratando de demostrar que Jesús nunca resucitó. Investigó, analizó todos los datos que encontró en la Biblia y en los libros de historia. Al final, ¡toda su inteligencia y sus investigaciones le mostraron que Jesús había resucitado de entre los muertos! Esto lo dejo evidenciado en su libro “Quien movió la piedra?. El resultado de este hombre fue que aceptó a Cristo como su Salvador.
Confiar en Jesús no requiere que dejes tu cerebro a un lado. En realidad, demanda que lo uses para que tu relación con nuestro Señor sea consciente y puedas estar convencido de tu fe: «Porque no me avergüenzo del evangelio; pues es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primero y también al griego» (Romanos 1:16).
PARA DIALOGAR: ¿Crees que tienes que dejar tu cerebro a un lado cuando aceptas a Jesús como tu Salvador? ¿Por qué sí o por qué no?
PARA ORAR: Señor, utiliza nuestra mente para ayudarnos a comprenderte a ti y tus buenas nuevas.
PARA HACER: ¿Tienes alguna pregunta que te molesta en relación con tu fe? ¡Busca hoy en la Biblia para encontrar la respuesta!