En ocasiones perdemos el tiempo enfocándonos en todo lo que queremos y no tenemos y no disponemos tiempo para pensar en lo que sí tenemos y no merecíamos.
Personalmente me he encontramos en ocasiones frustrado por no alcanzar lo que quisiera alcanzar, por no tener lo que quisiera tener o por no llegar hasta donde quisiera llegar, sin darme cuenta que tengo tantas cosas por las que sentirme bien, feliz, contento, pero sobre todo agradecido.
Ayer meditaba sobre que soy más bendecido de lo que considero merecer y en que muchas veces estoy más preocupado en lo que no tengo, que en agradecer por lo que ya tengo y a lo mejor ni merecía. Y es que podemos pasarnos la vida quejándonos por lo que no tenemos o por lo que se nos es “quitado” o podemos hacer a un lado las quejas y comenzar a agradecer por lo que sí tenemos y que en muchas ocasiones ni pedimos.
Hablo de ser agradecido con lo que ya tenemos y no desagradecido por lo que no y quisiéramos tener. Y es que en ocasiones podemos vernos en la situación de frustrarnos por lo que quisiéramos, en lugar de gozarnos por lo que ya tenemos.
Lo que tenemos no es poco, y es porque por muy “poco” que crees tener, la verdad es que tienes MUCHO. La mayoría de nosotros no se merecía muchas de las cosas de las que ahora gozamos, pero sin embargo Dios tuvo a bien dárnoslas, y no hablo solo de cosas terrenales, sino también espirituales. Ninguno de nosotros merecía una salvación tan grande, sin embargo, Dios tuvo a bien mandar a su Hijo a morir en nuestro lugar.
Es tiempo de comenzar a agradecer a Dios por lo que tenemos, sea “mucho” o “poco”, lo que tenemos es un regalo de Dios y debemos verlo como tal, no podemos pasarnos la vida quejándonos y llorando por lo que no tenemos y queremos, en su lugar seamos agradecidos con lo que ya tenemos y Dios nos dio, aun cuando no lo merecíamos.
Por un momento recuerda todas las veces que has actuado mal y en las cuales has merecido un castigo y sin embargo la gracia y misericordia de Dios ha sido renovada sobre tu vida. Recuerda las veces que has hecho las cosas mal y sin embargo la misericordia de Dios ha estado contigo, solo pensar en todo eso me hace sentirme especial, pues Dios me da más de lo que mis actos merecen, entonces en lugar de quejarme por lo que “creo merecer”, agradezco a Dios por lo que no merecía y me dio.
Hoy te invito allí en medio de cualquier situaciones que puedas estar pasando a levantar una oración de agradecimiento a Dios por lo que tienes, por lo que eres y por lo que te ha dado, por un momento abre tus ojos y date cuenta lo bendecido que eres al tener lo que tienes a tu alrededor.
Dejemos a un lado las quejas, hoy es un buen día para ser agradecido con Dios, por todo lo que nos ha dado a un sin merecerlo, hoy es un buen día para reconocer lo BUENO que ha sido Dios con nosotros.
¡Gracias Dios por todo lo que nos has dado y por lo que somos!
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7 Nueva Traducción Viviente