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«Meditad bien sobre vuestros caminos»

El pequeño pero impactante libro de Hageo nos hace enfocarnos en la necesidad de tomar nuestra fe con mucha seriedad. Habían pasado 16 años desde que el pueblo judío sentó las bases para el templo de Dios bajo el liderazgo de Zorobabel y Jesúa (Esdras 3:7-13).

Ahora Dios extiende un llamado personal a Hageo a reavivar esa visión en las mentes y corazón de las personas y líderes. Esto era un desafío enorme.

Dios presenta un llamado de advertencia al pueblo judío cuando les señala «Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada (2). Más adelante Jehová les hace ver que deben seriamente pensar en su conducta. Con palabras mas fuerte dice, «Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos (5).

El pueblo judío tenía sus prioridades fuera de lugar. Después de 16 años la casa de Dios era un montón de piedras en ruinas, mientras que estaban preocupados por la restauración de sus propias casas. Nuevamente viene la advertencia de Dios, «Meditad bien sobre vuestros caminos (7).»

Hoy vivimos en un tiempo similar al de Hageo en el sentido de las excusas, la apatía, prioridades erróneas y hambre espiritual. Desde el comienzo el hombre ha dado excusas a Dios. En el jardín el hombre le dijo a Dios, «… la mujer que me diste por compañera me dio del árbol y yo comí (Génesis 3:12).» La mujer, por otro lado, le dijo a Dios, «La serpiente me engañó, y comí (Génesis 3:13).» Ambos habían tenido libertad en el jardín, sin embargo, ninguno estaba preparado para aceptar la responsabilidad por sus acciones.

El profeta también se enfrentó con un pueblo apático. Mira en nuestras iglesias y encontrarás a muchas personas que no quieren ser molestadas o retadas a servir activamente a Cristo. Con frecuencia este tipo de persona se convierte en un paralítico espiritual que pierde el deseo de vivir para Cristo. Desafortunadamente muchos cristianos están contentos con un tipo de cristianismo flácido y relajado, y no dan suficiente importancia a una vida espiritual viva y dedicada a servirle a Cristo.

Quiero aclarar que el deseo del pueblo de arreglar sus hogares, en sí, no era algo malo. El error para muchos de nosotros es cuando dejamos que la familia, el hogar, deseos y placeres comienzan a desplazar y poner en peligro la centralidad de Cristo en nuestras vidas, esto se convierte en un gran peligro espiritual.

Tenemos hambre espiritual dentro del pueblo de Dios. Quiero ofrecer dos razones:
Primero, las personas no están escuchando la palabra de Dios porque en muchos púlpitos la Biblia misma no se proclama como la palabra autoritativa de Dios.

Segundo, Aun cuando la Biblia es fielmente predicada el pueblo no la recibe porque pueden encontrarlo interesante o intelectualmente estimulante, e incluso útil y consolador si están pasando por un momento difícil, pero de ninguna manera la reciben como la palabra de Dios.

Termino con siete lecciones que podemos aprender de Hageo:

Dios requiere nuestro servicio
Dios nos llama a servir incluso cuando es difícil
La desobediencia trae el juicio de Dios
La única solución a la desobediencia es el arrepentimiento
Dios nos ayuda a servirle
Dios nos anima mientras le servimos
Dios valora nuestro trabajo

Espero que, como Pablo exhortó a Timoteo, tu puedas «avivar el fuego del don de Dios que esta en ti … (2 Timoteo 3:6).»

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