Tenemos que estar preparados para cuando la muerte nos golpea e hiere trayendo dolor , tristeza e incertidumbre a la familia.
El pasado Domingo 17 de Junio del corriente año, día de los padres en Estados Unidos, la muerte sorprendió a mi hermano Juan José Regalado-Chiquito-, diácono De la Iglesia Adventista en la Capital Dominicana, Santo Domingo.
Hemos encontrado en medio de la aflicción y el dolor mucha fortaleza y consuelo en la Palabra De Dios , “A los ojos del Señor es muy valiosa la muerte de quienes lo aman.”
Salmos 116:15 RVC.
Otros pasajes afirman: “Hermanos, no queremos que ustedes se queden sin saber lo que pasará con los que ya han muerto, ni que se pongan tristes, como los que no tienen esperanza. Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios levantará con Jesús a los que murieron en él.” 1 Tesalonicenses 4:13-14 RVC.
La versión bíblica Dios habla hoy en el versículo 16 de este capítulo 4 de primera de Tesalonicenses , declara: “Porque se oirá una voz de mando, la voz de un arcángel y el sonido de la trompeta de Dios, y el Señor mismo bajará del cielo. Y los que murieron creyendo en Cristo, resucitarán primero;”.
Jesús compartió el tema de la muerte con Marta la hermana de Lázaro , vayamos nuevamente a esta conversación: “Marta le dijo a Jesús: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora Dios te dará todo lo que le pidas. Jesús le contestó: —Tu hermano volverá a vivir. Marta le dijo: —Sí, ya sé que volverá a vivir cuando los muertos resuciten, en el día último. Jesús le dijo entonces: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que todavía está vivo y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?” San Juan 11:21-26 DHH.
Jesucristo es nuestra seguridad para ir más allá de la muerte , nuestra esperanza de gloria: “a quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria.”
Colosenses 1:27 LBLA.
ÉL es nuestro amparo y refugio en todo tiempo , “pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.” Romanos 14:8 LBLA.
