Y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. Jonás 2:2
El profeta reflexiona sobre la seriedad de su oración, y la disposición de Dios para oír y responder. Si queremos obtener bendiciones y soluciones por nuestros problemas, debemos aferrarnos a la mano de Dios con poder.
Los que abandonan su propio deber, abandonan su misericordia; aquellos que huyen de la obra de su lugar, y buscan el deleite de las vanidades ilusorias, igual abandonan su misericordia la cual viven por debajo de sus privilegios. Allí es cuando entra en manifiesto la experiencia de Jonás, la cual anima a los demás a confiar en Dios, al único Dios.
Es necesario atravesar los mares y las tempestades que arropan nuestro día a día, es necesario buscar siempre refugio en el Señor cuando las aguas nos ahogan, así nos hace ver que sin Él no somos nada; en la prueba alabale, en la necesidad alabale, que el Santo de Israel estará contigo siempre… Jehová bendiga tu día en su amor inquebrantable, Amén.
