El humanismo es un movimiento intelectual desarrollado en Europa durante los siglos XIV y XV que, rompiendo las tradiciones escolásticas medievales y exaltando en su totalidad las cualidades propias de la naturaleza humana, pretendía descubrir al hombre y dar un sentido racional a la vida tomando como maestros a los clásicos griegos y latinos, cuyas obras redescubrió y estudió.
Esto nos lleva a suponer que el centro es el hombre y su pensamiento; es decir, todo es por el hombre y para el hombre. Dicho razonamiento ha permeado las capas de las distintas religiones llegando incluso hasta la misma iglesia del Señor Jesús transformándola en una entidad que en lugar de ser Cristo céntrica se ha convertido en una satisfactoria de las necesidades del humano, olvidando que cuando se busca primeramente al Señor y su reino todo lo demás vendrá como una añadidura.
Esto sin lugar a dudas es una especie de andamiaje para el establecimiento de un sistema de gobierno mundial que supuestamente tratará de satisfacer primariamente las necesidades materiales de la humanidad; es por esto que se le identifica en el libro de Apocalipsis con el número 666, número que por sí mismo en la gematría bíblica significa hombre, es decir 6=hombre; siendo tres veces repetido dicho número nos indica la plenitud 6=para el espíritu humano 6= para el alma humana y 6= para el cuerpo físico.
Otra de las formas de identificar dicho movimiento desde la perspectiva de la Palabra es sin lugar a dudas, cuando se identifican las cosas pertenecientes al hombre como: la impiedad de los hombres, la apariencia de los hombres, el aplauso de los hombres, y otros semejantes en donde el sujeto siempre es el hombre. En este número de la revista Rhema trataremos de ampliar este tema tan complicado y que tan fácilmente se ha introducido en el pensamiento de muchos cristianos. Esperando que sea de bendición, te bendecimos en el nombre del Señor Jesús.
Fuente:
Apóstol Sergio Enríquez | Ministerios Ebenezer, Guatemala