De la manera que quiera verse los evangélicos nos hemos anotado un punto a nuestro favor con la posición de neutralidad que acaba de asumir el presidente Luis Abinader en torno a la intensa lucha que se está librando con el tema del aborto y las tres causales.
Ha sido un punto a nuestro favor porque eso indica que tenemos una presencia que es lo suficiente influyente para hacer que posiciones liberales que quieren desconocer los fundamentos de la vida que Dios creó, sean limitadas en sus pretensiones.
El anuncio del presidente de que no puede inclinar la balanza hacia un lado u otro en el tema del aborto, obviamente influido por la movilización y la diligente presencia de católicos y evangélicos haciéndose visibles en espacios públicos estratégicos, es la mejor muestra de que el peso social de los evangélicos está siendo tomado en cuenta desde las esferas políticas y de poder.
Esto saca a relucir que las fuerzas diversas que antes avasallaban a los evangélicos, ya no lo pueden hacer con la facilidad que lo hacían en otros tiempos, pues los evangélicos se han articulado de manera tan efectiva y visible que hoy, por la gracia de Dios, constituyen una corriente que no puede ser ignorada a la hora de tomar algunas decisiones de políticas públicas que nos afectan a todos.
Días antes de que el presidente diera estas declaraciones con la que toma distancia para dejar al albedrio de los legisladores la decisión sobre el tema del aborto y las tres causales, había respondido una consulta que me hicieron los organizadores del Congreso por la Vida y la Familia que se está celebrando actualmente para todo Iberoamérica, y en la misma destaqué las auspiciosas expectativas de cambios que se está viviendo en la República Dominicana, la importante y bien organizada Agenda Nacional de Evangelismo que desarrollamos cada año con la participación masiva y entusiasta de las principales organizaciones, concilios e iglesias evangélicas. Se trata de una gran actividad que culmina con la celebración de bautismos simultáneos en todo el país y que cada año toma mayor auge.
Destaqué en el informe la significativa la presencia de un representante evangélico con una oficina en el Palacio Presidencial a través de la cual se canalizan muchas solicitudes de ayuda para iglesias, actividades evangélicas y apoyos diversos para pastores y miembros de congregaciones, y subrayé que en la actualidad, el ocupante de la posición de Enlace de las Iglesias Evangélicas es el pastor Dio Astacio, quien funge también como una especie de capellán que asume la dirección de las actividades evangélicas que se llevan a cabo en el Palacio Presidencial con cierta frecuencia.
Lo cierto es que la compenetración y el compromiso que ha logrado el pastor Astacio desde el Palacio Nacional con la agenda y la articulación de la comunidad cristiana, ha influido para que el presidente haya asumido una posición neutral frente a la controversia pública que ha suscitado el tema del aborto. Esperemos a ver qué pasa en lo adelante, pero, sin dudas, la posición del presidente Abinader nos pone a los evangélicos en una posición ventajosa en medio de esta controversia.
Justo es tener pendiente que esto no ha sido un regalo, sino el resultado de la lucha de un pueblo cristiano y sus dirigentes que ha dicho “Si a la vida” en contra de letales corrientes sociales que quieren desconocer el origen y principio del más sagrado derecho de los seres humanos.
La realidad es que la comunidad evangélica de la República Dominicana vive un gran momento, el cual debe ser aprovechado al máximo para la gloria de Dios, consolidación de la Iglesia y promoción activa del Reino. Pronto estaremos exportando una cultura redentora y un modelo de misión funcional que puede ser de utilidad en otras naciones.