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Los cuatro “No” para permanecer bajo la cobertura de Dios

1 CORINTIOS 15:58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

Estas dos palabras son muy importantes en la vida de todo cristiano: FIRMES Y CONSTANTES y estas dos palabras se pueden resumir en una sola palabra: PERMANECER, es decir, tenemos que permanecer en los caminos del Señor y no apartarnos de ellos.

¿QUÉ NECESITAMOS PARA PERMANECER? La palabra del Señor nos enseña LOS CUATRO “NO” que son claves para que podamos permanecer en los caminos de Dios.

VEAMOS CUALES SON ESOS CUATRO NO PARA PERMANECER:
I) NO TEMAS NI DESMAYES
(1 Crónicas 22:13) Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.

Muchas veces en nuestra vida cristiana él temor y la preocupación por las batallas y problemas que estamos enfrentando nos hacen desmayar, nos llevan a rendirnos y lastimosamente nos hacen apartarnos del camino de Dios.

Cuando las situaciones y circunstancias que estamos enfrentando en la vida se ponen más difíciles de enfrentar en lugar de rendirnos tenemos que LEVANTARNOS EN FE Y FORTALECERNOS EN EL SEÑOR (Efesios 6:10) Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.

II) NO TE CANSES DE HACER EL BIEN
(Gálatas 6:9) No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

Muchas veces llegamos a creer que todo lo que estamos haciendo para agradar a Dios con nuestra vida no está dando fruto pues las circunstancias que estamos enfrentando no cambian o no mejoran, el enemigo nos hace creer que todo lo bueno que estamos haciendo es en vano.

Tenemos que comprender también que muchas veces lo que nos hace sentirnos cansados de hacer lo bueno son las críticas y las malas actitudes de nuestros prójimos, aún dentro de la misma iglesia o dentro de nuestros ministerios donde servimos.

Pero es el Señor quien nos invita a NO CANSARNOS DE HACER LO BUENO, que no dejemos de servir con amor, que no dejemos de congregarnos con constancia, que no dejemos de sembrar en el Reino de Dios, pues a su tiempo vamos a cosechar todas la bendiciones del Señor para nuestra vida.

III) NO VUELVAS ATRÁS POR NADA
(Proverbios 30:30) El león, fuerte entre todos los animales, Que no vuelve atrás por nada;

Como lo dice una alabanza “Dios no nos trajo hasta aquí para volver atrás” él nos ha dado libertad, él ha hecho que podamos dejar atrás todo aquello que estaba destruyendo nuestra vida: Vicios, adicciones, relaciones dañinas, adulterios, fornicaciones, etc.

No tenemos que volver atrás por nada, no debemos apartarnos del camino del Señor para volver a estilos de vida que solamente trajeron dolor y destrucción a nuestra vida, tenemos que tener claro que volver atrás no significa volver a lo mismo, SIGNIFICA VOLVER PARA ESTAR PEOR QUE ANTES (2 Pedro 2:20-22) Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cielo.

IV) NO DEJES QUE TU CORAZÓN SE IMPACIENTE Y SE LLENE DE ENVIDIA
(SALMO 37:1) No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

Muchas veces lo que nos hace sentirnos desanimados de seguir en el camino de Dios es ver que aparentemente a los que hacen mal les va bien, que nosotros que estamos tratando de agradar al Señor estamos llenos de dificultades y los que no quieren nada del camino de Dios tienen prosperidad y tranquilidad en sus vidas.

El salmista también nos dice con sinceridad que en algún momento su corazón se sintió desanimado y lleno de envidia al ver la vida de aquellos que menosprecian el camino de Dios (Salmo 73:1-9) Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón. 2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 3 Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. 4 Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. 5 No pasan trabajos como los otros mortales, ni son azotados como los demás hombres. 6 Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia. 7 Los ojos se les saltan de gordura; logran con creces los antojos del corazón. 8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. 9 Ponen su boca contra el cielo, y su lengua pasea la tierra. Al ver la prosperidad y tranquilidad de los impíos el salmista llegó a sentir en su corazón que vivir una vida para agradar a Dios había sido en vano

(Vs 12-14) He aquí estos impíos, Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia; 14 Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas.

Pero el salmista hizo lo que nosotros tenemos que hacer cuando nos sentimos frustrados, impacientes y quizá con envidia en nuestro corazón, RECONOCER QUE A PESAR DE LO QUE LOS IMPÍOS TIENEN, NOSOTROS TENEMOS ALGO MUCHO MEJOR: LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA, TENEMOS UN FUTURO GLORIOSO POR LA SALVACIÓN QUE CRISTO NOS HA DADO Y TENEMOS UN PADRE CELESTIAL QUE SIEMPRE CUIDARÁ DE NUESTRAS NECESIDADES (Vs 16-28) Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí, 17 Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos. 18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer. 19 ¡Cómo han sido asolados de repente! Perdieron, se consumieron de terrores. 20 Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando despertares, menospreciaras su apariencia. 21 Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas. 22 Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti. 23 Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. 24 Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria. 25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. 26 Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. 27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. 28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.

CONCLUSIÓN: Para permanecer bajo la cobertura de Dios y seguir creciendo en su obra, necesitamos recordar los cuatro «NO» que nos enseña la Palabra: no temer ni desmayar en las pruebas, no cansarnos de hacer el bien, no volver atrás hacia una vida de pecado y destrucción, y no dejar que la impaciencia y la envidia dominen nuestro corazón. Siguiendo estos principios, podemos estar seguros de que nuestro trabajo en el Señor no será en vano y podremos permanecer para ver las bendiciones de Dios sobre nuestra vida.

Fuente:
PASTOR OSCAR FLORES | EL SALVADOR

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