Articulos

Los cristianos vivimos contra la cultura del mundo

Cuando actitudes carnales interfieren con el manejo de los asuntos del Reino siempre hay pérdida para el Reino de Dios. O resultan los conflictos o resultan los abusos o el diablo gana ventaja y entonces aprovecha esas oportunidades para sembrar disención y escándalo en el mundo y para presentar una imagen negativa de los hijos de Dios y el Reino de Dios.

Y esto es lo que vemos en este caso de Mateo 20:20. Por eso es tan importante insistir en este punto de que cuando nosotros entramos al servicio cristiano y aún a los caminos del Señor lo primero que tenemos que entender es que las cosas del Reino de Dios no se manejan de la misma manera que se manejan en el mundo. El Reino de Dios es una cultura contraintuitiva; es una cultura muy diferente que está inclusive en conflicto con la cultura del mundo.

Cuando entramos al Reino de Dios tenemos que asumir que muchas cosas dentro de nosotros tendrán que morir. La forma en que procesamos los asuntos de la vida, la forma en que procesamos los conflictos por ejemplo, nuestros propios deseos y proyectos; las decisiones que hacemos, las relaciones humanas, hay una forma muy diferente de procesar esto en el Reino a como se hacen en el mundo.

Y esto es lo que el Señor Jesucristo trata de aprovechar cuando estos hombres entran en conflicto y el Señor los llama aparte y les dice: No, esta es la manera en que se hacen las cosas en Mi Reino muy diferente a las cosas en el mundo. Por eso es que tenemos que pedirle al Señor continuamente si queremos verdaderamente ser usados por Dios que trate con nosotros.

Que nos haga concientes de que entramos verdaderamente en una zona completamente diferente, que nos mantenga alertas a nuestros propios impulsos carnales, a esos patrones destructivos que traemos con nosotros que cuando los incorporamos a la vida cristiana resultan terriblemente destructivos y que tenemos que cambiarles, tenemos que estar continuamente buscando iluminación y dirección del Espíritu Santo para que esos hábitos carnales puedan ser sometidos al trato del Espíritu Santo y que con el paso del tiempo nosotros podamos asumir una postura, una mentalidad, una forma de hacer las cosas que sea más conforme a Jesucristo y Su personalidad benévola y generosa.

Yo pienso en uno de los pasajes que se encuentran en el Libro de Romanos donde dice: «No os conforméis a este siglo sino transformáos conforme a la renovación de vuestro entendimiento.» En otras palabras lo que el apóstol Pablo está diciendo allí es que nosotros no podemos ajustarnos a los patrones del mundo, no podemos vivir según la manera en que el mundo hace las cosas. Por eso no os conforméis a este siglo.

Cuando dice siglo no está diciendo necesariamente siglo en términos de cronología de tiempo sino mas bien a esta época, a esta era, a esta cultura, esta forma de hacer las cosas en esta presente forma de administración del mundo que es la historia. Los cristianos vivimos contra la cultura del mundo y hemos adoptado se supone, una postura muy diferente, una postura que sea más conforme a los principios del Reino de Dios y conforme a la actitud que Cristo ejemplificó en Su caminar aquí en la Tierra y que la Biblia está tratando continuamente de enseñarnos.

Entonces el apóstol Pablo continúa ahí en Romanos diciendo: «Si no transformaos conforme a la renovación de vuestro entendimiento.» Hay dos palabras aquí clave: transformaos, renovaos. La transformación es el resultado final y la renovación es el proceso diario que lleva a la transformación. Cada día nosotros tenemos que pedirle al Señor que renueve un poquito más de nuestra mente, de nuestro carácter, de nuestra personalidad. Cada día tenemos que pedirle al Espíritu Santo que trate con una faceta diferente de nuestro ser y vaya poco a poco puliéndonos, tratándonos, quebrantándonos, cortando cosas de nuestra carne que no son convenientes para la edificación del Reino de Dios.

Nosotros somos un proyecto en contínuo trato de parte del Señor y a menos que no estemos concientes de esa necesidad de que el Espíritu Santo esté tratándonos, renovándonos, cambiándonos, quitando actitudes indebidas, rasgos de carácter que no convienen al Señor, apetitos que no son convenientes para el liderazgo cristiano, ambiciones y cosas que no convienen entonces vamos a ser descuidados y vamos a continuar ejecutando las mismas actitudes carnales que una y otra vez nos llevarán al fracaso y a la socavación y a la destrucción de nuestros ministerios, y en vez de ser usados por Dios vamos a ser usados por el diablo para hacer estragos dentro del Reino de Dios.

Tenemos que pedirle al Señor: Señor renuévame cada día, cambia las diferentes cosas en mí; yo sé que no soy todo lo que debiera ser, yo sé que en mí todavía no se ha formado completamente la imagen de Jesucristo y necesito que Tú me renueves continuamente porque sino lo que voy a hacer es que voy a estar incorporando los mismos patrones, las mismas actitudes que yo tenía en el mundo y tratando de injertarlos en el Reino de Dios y haciendo daño a mi ministerio y al llamado de Dios en mi vida.

Entonces tenemos que pedirle al Señor: renuévame cada día; cambia mis actitudes, hazme más como Cristo. Conforma mis pensamientos y mi comportamiento a los principios del Reino de Dios para que entonces yo pueda predicar como Cristo, actuar como Cristo, resolver los problemas como Cristo y ser un verdadero siervo del Señor que refleje el carácter de Jesús. Eso es lo único que puede impedir que alrededor de nosotros estén continuamente resultando situaciones que deshacen lo que estamos tratando de hacer con tan buenas intenciones.

Fuente:
RM/predicas

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Botón volver arriba