“Cargamos la cruz con dignidad y esperanza”. Estas fueron las primeras palabras de los cristianos de Oriente Medio cuando se dirigieron a la reunión del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias para dar testimonio de las cargas y los desafíos –pero también de la resiliencia– con los que viven a diario en la tierra donde nació el cristianismo.
Aunque en toda la región los cristianos hacen frente a graves desafíos y, con frecuencia, a la injusticia sistémica, el desplazamiento e incluso la pérdida de vidas, el metropolitano Thomas de la Iglesia Ortodoxa Copta insistió en que “como cristianos, nos negamos a ser víctimas. En lugar de ello, somos victoriosos dando testimonio de nuestra fe”, dijo.
En un mensaje compartido presentado al Comité Central –que engloba a hermanos y hermanas cristianos de todo el planeta que representan a la comunidad de 352 iglesias diferentes–, las iglesias miembros de Oriente Medio recalcaron la importancia de la solidaridad y el acompañamiento, describiendo su testimonio del Evangelio como autóctono de la región.
“La línea ininterrumpida de comunidades cristianas que han sido testigos del mundo desde Pentecostés –llamadas a menudo ‘piedras vivas’– atraviesa una crisis existencial, que pone en peligro la pérdida de la identidad cristiana. Reiteremos que si no quedaran cristianos en Oriente Medio sería una tragedia para el mundo entero”, dijeron.
La participación de los jóvenes y la llamada a la unidad
Un tema crucial, según señaló el grupo, es la patente exclusión de los jóvenes de los procesos de toma de decisiones en muchas iglesias y comunidades de Oriente Medio.
“Debemos superar este desequilibrio, dando participación a los jóvenes en la adopción de decisiones y fortaleciendo las redes de jóvenes cristianos en Oriente Medio”, declaró Maria Bzdigian de la Unión de las Iglesias Evangélicas Armenias de Oriente Medio, una de los jóvenes que representa a la región en el Comité Central.
Pero en el centro de todo ello, indicó el grupo, está la cuestión de la unidad cristiana, que es la piedra angular de la comunidad mundial de iglesias que se reúne.
“Debemos promover la unidad y la cooperación entre nuestras comunidades e iglesias para dar respuesta a los desafíos que afrontan los cristianos en Oriente Medio”, instaron.