En nuestra iglesia, nos preparamos para Semana Santa, sembrando nuestra semilla de sacrificio, la preciosa semilla. Dice la Biblia que irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas. Lo valioso para ti, no necesariamente lo es para otro, porque lo que es valioso para ti lo es en relación a lo que te queda después que lo entregas; Y es esto lo que mueve la mano de Dios a favor tuyo, que pongas en sus manos lo que es preciado para ti.
Hay promesas exclusivas para ti, cuando tú siembras la preciosa semilla. Dios promete que regresarás con gozo, Él trae a tu vida soluciones divinas en tiempos de crisis, Él declara sobre ti bendiciones generacionales, y Él trae provisión a tu vida y te hace libre económicamente.
“Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras. Y tomad en vuestras manos doble cantidad de dinero, y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales; quizá fue equivocación. Tomad también a vuestro hermano, y levantaos, y volved a aquel varón. Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo.” Génesis 43:11-14
“ Y envió Jacob a Judá delante de sí a José, para que le viniese a ver en Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén. Y José unció su carro y vino a recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello largamente. Entonces Israel dijo a José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, y sé que aún vives.” Génesis 46:28-30
De esta historia se desprende la quinta promesa por la que estamos creyendo. Cuando tú entregas lo preciado, Dios ha prometido que tú vas a recuperar lo que pensabas que estaba perdido. Jacob pensó que había perdido a José, lo había dado por muerto; Pero, cuando él entregó lo preciado, ese día recuperó lo que por tanto tiempo creyó perdido. Creemos hoy contigo que, aquello que tú piensas que has tenido que dar por perdido, lo vas a recuperar, en el nombre de Jesús.
Hay cosas que tú has dado por perdidas, has pensado que no van a pasar en tu vida. Jacob, por años, dio por perdido a su hijo, no sabía qué había pasado. ¿Cuántos sueños y visiones has tenido tú que no sabes qué ha pasado con ellos? Te has acostumbrado a vivir sin ellos, porque has pensado que ya no va a pasar, que no va a ocurrir. José es tipo de Jesús; Cuando él recibe a Benjamín, Jacob recibe dos cosas en retorno: Libertad económica, y la oportunidad de encontrarse con José. Cuando Jacob escuchó que José estaba vivo, su corazón saltó, realizó que lo que había dado por muerto no estaba muerto, lo que había dado por perdido no estaba perdido, realizó que había llegado una nueva temporada en su vida. Quizás tú has estado experimentando el dolor de una pérdida, por mucho tiempo has dado por perdidos ciertos sueños y visiones; Quizás por engaños; Jacob fue engañado, sus hijos le dijeron que José había muerto, y por mucho tiempo él lo creyó. Por mucho tiempo, Jacob vivió pensando que José ya no existía, que ya no estaba, que no era posible; La tristeza, la amargura de corazón de este hombre, el vivir con esa frustración de haberlo dado por muerto, terminó un día: El día que él dio lo mejor; El día que envió a Benjamín.
Dios puede hacer que tú recuperes lo perdido. Cuando tú te atreves a hacer lo mejor de ti, a presentarte con tu mejor semilla, un día tú puedes ver como vio Jacob, no tan solo escuchar que está viva la promesa, sino verla. Jacob envía a Benjamín y recibe libertad económica, luego escucha de que José estaba vivo, y luego lo puede ver. Creemos que esto mismo es lo que va a pasar contigo. Cuando entregas a Dios lo preciado, luego de enviar a Dios lo mejor, vas a comenzar a escuchar de cosas que están resucitando, de cosas que están vivas, de posibilidades: Las cosas van a cambiar, y vas a ver que lo que tú pensabas que estaba perdido, no lo está. Dios te va a dar la oportunidad de poderlo abrazar, tus ojos podrán ver la bendición de recuperar lo que tú pensabas que estaba perdido. ¿Podrás creerle a Dios? Cientos de personas en nuestra iglesia ya están listos para creerle a Dios; Tú debes ser uno de ellos. No te excluyas de un milagro por no atreverte a hacer lo que tienes que hacer: Arriesgar, sembrar, presentarte delante de Dios y creerle a Él por un milagro, creyendo que mientras tú siembras lo mejor, Dios desatará de su mano lo mejor. Cuando Jacob soltó de su mano a Benjamín, José de su mano estaba soltando riquezas y luego se muestra a él. Creemos contigo que, mientras tú liberas de tu mano esa semilla que vas a sembrar, Dios estará liberando de su mano la riqueza que tú necesitas; Los carros van a comenzar a buscarte con abundancia, con bendición, con riquezas. Te vas a dar cuenta de que Dios multiplicará tu semilla de forma sobrenatural, y vas a recuperar aquello que pensabas que estaba perdido.
Jacob era ya viejo, y llegó a pensar que moriría de hambre, pero vio a sus hijos salvos, a José vivo, y vio cómo la promesa se cumplió. ¡Qué grandioso y maravilloso es Dios!
Este no es un mensaje fácil de predicar, pero es un principio del que estamos convencidos. Es una instrucción que recibimos de parte de Dios el presentarnos cada año con nuestra preciosa semilla, creyéndole por algo sobrenatural en este tiempo fértil; Y queremos incluirte. Oprime aquí y siembra ahora tu preciosa semilla. Creemos a Dios contigo por gozo para tu vida, por soluciones divinas en tiempos de crisis, por bendiciones generacionales, por libertad económica, y por que tú vas a recuperar lo que creíste perdido. Tú vas a hallar vivo aquello que creías muerto; Lo que habías pensado que estaba perdido, lo vas a recuperar. Esto se va a manifestar en tu vida; Así lo creemos hoy contigo.