Marcos 14: 32-42. Dentro de la semana de la pasión de nuestro Señor Jesucristo el jueves fue uno de los días que fue más cargado de actividades, de angustia, de aflicción y de enseñanzas para sus discípulos.
Ese dia Jesús tomo la ultima cena con sus discípulos, ese día Jesús les dio la gran lección de servicio lavándoles los pies, ese día Jesús les dio el nuevo mandamiento del amor “Que os améis unos a otros como yo os he amado” ya no es como el antiguo mandamiento amar a mi prójimo como a mí mismo, sino amar a mi prójimo como Dios me ha amado a mí, y nos demostró su amor lavando los pies de aquel que le iba a entregar.
Pero ese día también Jesús se preparó en oración delante de su padre celestial para enfrentar la hora que venía sobre él y beber la copa que tendría que beber para pagar por nosotros el precio de nuestra salvación y de nuestra redención (vs 35 -36)
Había llegado su hora, es decir el momento de cumplir por completo el propósito por el cual vino a este mundo: Salvar lo que se había perdido.
Tenía que beber la copa de la ira de Dios, del juicio de Dios, del castigo de Dios, del enojo de Dios sobre su vida porque el cargaría sobre si los pecados de todos nosotros
No es casualidad que el nombre Getsemani significa “Prensa de aceite o prensa de olivo” en ese lugar y en ese momento el olivo verdadero, estaba siendo oprimido por nuestras culpas, por nuestros pecados y por el juicio de Dios que sería derramado sobre el en la cruz, por eso el corazón de nuestro Señor Jesucristo estaba triste y angustiado, su alma estaba triste hasta la muerte (vs 33-34)
Jesús pudo decir “Abba Padre” es decir papito, todas las cosas son posibles para ti, aparta de mi esta copa, mas no se haga lo que yo quiero sino lo que tú quieres, es decir como lo dice otro evangelio hágase tu voluntad. (vs 36)
De estos momentos de agonía, de tristeza y de aflicción que nuestro Señor Jesucristo experimento en Getsemani vamos a reflexionar para comprender lo que aprendemos nosotros en Getsemani, cuales son las lecciones que podemos tomar para nuestra vida;
MUCHAS VECES DIOS NOS LLEVARA A MOMENTOS EN NUESTRA VIDA QUE SON COMO GETSEMANI (VS 32)
Jesús no fue el solo a Getsemani, el llevo a sus discípulos, pues había lecciones que tenían que aprender.
Muchas veces el Señor nos llevara a momentos de aflicción, de tristeza, de angustia para sacar lo mejor de nosotros, para exprimir lo que hay en nuestro corazón (Éxodo 27:20)
En esos momentos en los cuales somos prensados como las olivas, en los cuales somo machacados por la enfermedad, por la soledad, por el dolor, es cuando el señor quiere sacar de nuestra vida la verdadera alabanza, esa alabanza que no puede venir de la carne sino del espíritu porque Dios es espíritu y los que lo adoran tienen que hacerlo en espíritu y en verdad.
Esos momentos de nuestra vida son cuando se vuelve realidad el precioso versículo 1 del salmo 34: Bendeciré a Jehová en todo tiempo!! EL no espera nuestra queja sino nuestra adoración.
EN GETSEMANI APRENDEMOS SER OBEDIENTES Y ACEPTAR LA VOLUNTAD DE DIOS PARA NUESTRA VIDA (MARCOS 14:35-36)
Jesús hablo con su padre celestial con confianza, le llamo Abba Padre, el sabía que todas las cosas son posibles para Dios, pero fue obediente para aceptar la voluntad del Padre Celestial para cumplir el plan redentor que había sido hecho desde la fundación del mundo. (Hebreos 5:7-9)
Nosotros tenemos en Dios un padre amoroso, un padre que cuida de nosotros, y que todo lo puede, para el no hay nada imposible, pero tenemos que ser obedientes a su voluntad y aprender como lo hizo nuestro Señor Jesús a aceptar la voluntad de Dios para nuestra vida.
Tenemos que aprender a decir pase lo que pase “Bendito sea Dios” si Dios quiere, bendito sea Dios, si Dios no quiere, bendito sea Dios.
EN GETSEMANI APRENDEMOS QUE EN NUESTROS MOMENTOS DE DEBILIDAD NUESTRA FORTALEZA ESTA EN NUESTRA COMUNION CON DIOS (MARCOS 14:37-38)
El Señor les dijo a sus discípulos: Velad y orad para que no entréis en tentación.
En momentos de aflicción, de debilidad, siempre tendremos la tentación de ser infieles con Dios, de apartarnos, de volver atrás, solo nuestra comunión con Dios nos permitirá salir en victoria de Getsemaní como lo hizo nuestro Señor Jesús.