Cada día me convenzo más la gran necesidad que hay en mi vida de buscar de Dios, no concibo la idea de estar lejos de Él, no concibo la idea de hacer otra cosa que no sea para El.
Mi vida está llena de experiencias de toda clase, desde momentos en los que he sentido que no puedo más, hasta momentos en donde me he sentido indigno de las bendiciones que Dios tiene a bien derramar sobre mi vida.
No soy un súper cristiano y aunque quisiera serlo me es difícil, soy una persona común, con luchas y tribulaciones, con victorias y derrotas en la lista, pero sobre todo con un deseo enorme de cada día tratar (aunque me cueste) de agradar a Dios.
Pero hoy antes de escribir estas líneas reflexionaba sobre lo más importante que hay en la vida de todo aquel que anhela seguir a Cristo, si, de los que nos hacemos llamar cristianos porque tomamos como modelo a Cristo, porque le hemos entregado nuestra vida y lo hemos aceptado como Señor y Salvador.
Hay algo importante para nosotros, que no debemos dejar pasar y es el hecho de que nuestra relación con Dios se basa en la COMUNICACIÓN.
Tú puedes ser un hombre o una mujer con talentos súper especiales, con dones increíbles y con cualidades fenomenales, pero todo eso no tiene sentido si tu vida no tiene la primordial: LA COMUNION CON DIOS.
Y cuando hablo de comunión me refiero al tiempo que le dedicamos al Señor, ese tiempo en donde solo estas tu y El, hablando como cuando hablas con tu mejor amigo, esos momentos únicos que no cambiaríamos por nada y en donde realmente se encuentran nuestras victorias.
La clave de todo es: La Comunión que tengamos con Dios.
No hablo de pasar horas y horas repitiendo las mismas palabras que a lo mejor y ni entiendes lo que dices, hablo de esa comunión genuina con Dios, que sin la necesidad de pasar horas y horas “hablando con El” realmente existe.
Y es que a veces no necesitas estar horas y horas en el mismo lugar “hablando con Dios”; pueda que vayas hacia tu oficina o hacia tu trabajo y en el camino puedes ir conversando con El. Pueda que estés en un lugar esperando algo, mientras tu mente y todo tu ser están conectados con el Señor.
La comunión con Dios no se limita a un tiempo especifico de oración, la comunión con Dios se da durante todo el día, tu puedes estar en algún lugar y puedes estar pensando en El, tu puedes cambiar de lugar y puedes seguir pensando en El, hablando con El, experimentando esos momentos maravillosos de su presencia.
No limitemos nuestra comunión con Dios, no creamos que hablar con El solo es un corto tiempo antes de dormirnos, o al despertar, ¡No!, más allá de todo eso nuestra vida debería estar sintonizada a su canal, todo el día deberíamos pensar en El, en lo que realmente quiere para nosotros, en lo que realmente le agrada que hagamos.
Si cada uno de nosotros tuviéramos esta clase de comunicación con Dios, pensaríamos dos veces antes de hablar cosas que no deberíamos de hablar, pensaríamos antes de hacer algo que no deberíamos hacer, evitaríamos muchos tropiezos y errores que cometemos por dejar de un lado a Dios.
Nuestra comunicación con Dios no tiene que estar limitada por un espacio o por un tiempo determinado, nuestra comunicación con Dios debe ser diaria, en todo momento y en cualquier lugar.
Y mientras escribo esto, Dios trae a mi mente un pasaje de la Biblia que nos motiva a lo mismo, es el siguiente:
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza”. Filipenses 4:6-8 (Nueva Traducción Viviente)
Personalmente creo que muchos de nosotros a veces permitidos que todo lo que nos rodea nos afecte, porque no estamos teniendo la comunicación que deberíamos con Dios, no estamos buscándolo como deberíamos y entre más nos alejamos de Él, somos más sensibles a las situaciones negativas que se nos presentan.
La clave de una vida cristiana llena de paz es la comunión que tengamos con el Señor, esa comunión que está disponible para cada uno de nosotros, pero somos nosotros si aceptamos tenerla o simplemente la descuidamos.
Y cuando hablo de paz no hablo del hecho que todo será color de rosas, sino que en medio de cualquier tribulación o circunstancia difícil, podremos descansar en el hecho de que Dios tiene el control y El actuara a nuestro favor, si así es su voluntad.
Hoy término motivándote a que cada día no te olvides de LO PRIMORDIAL, lo más importante para tu vida espiritual es LA COMUNICACIÓN que tienes que tener con El.
¿La tuviste?, ¿La estas teniendo?, ¿La descuidaste?, no importa como este tu comunicación con Dios en este momento, lo importante es que HOY PUEDES COMENZAR DE NUEVO.
¡No te olvides de lo primordial!