Lo más hermoso y maravilloso para un ser humano es disfrutar del regalo mas excelente y hermoso que Dios nos ha dado por gracia, la vida eterna, solo por creer en su amado Hijo Jesucristo, quien fue a la cruz para morir por nuestros pecados y satisfacer la justicia divina.
Qué triste para un ser humano despreciar la manifestación del amor de Dios, quien se manifestó a este mundo para salvar, no a los sanos, sino a los pecadores perdidos. Nuestro Señor y Salvador Jesucristo expreso: “En verdad, en verdad os digo: el que cree en mi, tiene vida eterna”, Juan 6:47.
No hay mejor regalo que ese para el pecador perdido, que poner su fe en Cristo para ser salvado, al considerarlo como una ovejita perdida que fue rescatada, y al respecto dice: “y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano”, Juan 10:28.
Cuando nos arrepentimos y recibimos a Cristo, tenemos una casa en los lugares celestiales. El apóstol Pablo dice: “Porque sabemos que si la tienda terrenal que es nuestra morada, es destruida, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna en los cielos”, 2 Corintios 5: 1.
En ese sentido, Jesús dijo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para vosotros; Y si mi fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomare a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”, Juan 14:2-3.
No podemos olvidarnos de los estragos que el pecado hace en la vida de los seres humanos, cuando le damos lugar a los deseos pecaminosos de nuestra carne, al respecto la Biblia dice: “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”, Romanos 6:23.
En este mundo hay actualmente muchas personas con grandes bienes y riquezas materiales, pero su existencia en la tierra es limitada por lo cual no la pueden disfrutar a cabalidad, porque hay algo que les preocupa y es la muerte física, que puede ocurrir en cualquier momento.
Hay una esperanza gloriosa para el creyente: “Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo”. Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna: y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”, Juan 5:24.
Al respecto, Jesús manifestó que: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa cree en el Hijo no vera la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Los que le dan la espalda a Jesús, según dice en Mateo 25:46, “Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna”, 1 Juan 5:11.
Los injustos, según 2 Tesalonicenses 1:9, “Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder”. “Y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio”, Juan 5:29.
Cuando Jesús venga para llevar a su Iglesia, formada por pecadores arrepentidos, nacidos de nuevo espiritualmente, “y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el desprecio eterno”, Daniel 12:2.
Amigo lector, te invito en este momento a que recibas a Cristo como tu Señor y Salvador, “porque si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, creyeres en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la escritura dice: Todo aquel que en el creyere, no será avergonzado”, Romanos 10:9-11. Dios te bendiga.
