La Iglesia de Dios en República Dominicana celebró su decimoquinta cumbre nacional de líderes, un evento que reunió a cientos de pastores, ministros y líderes de diversas regiones del país bajo el tema central: “Fortalecimiento Institucional”.
El objetivo principal del encuentro fue resaltar la importancia de robustecer las bases espirituales, organizacionales y ministeriales para avanzar en la misión de la iglesia.
La cumbre, realizada en el Centro Conferencial La Cuaba, fue presidida por el obispo administrativo de la Iglesia de Dios, Juan Tiburcio, y contó con destacados invitados internacionales, como Tony Stewart y el reverendo Andrés Rincón. También participaron líderes locales como el pastor Alejandro Luna, la pastora Yagna Vanderlinder y la pastora Esther Estrella.
Durante el evento, se ofrecieron talleres y conferencias enfocados en temas clave como estructuras funcionales, dinámica interrelacional, identidad institucional, la Minuta de la Iglesia de Dios y la administración eficiente. Asimismo, se destacó la importancia de fidelizar a los hijos de los ministros, promoviendo así la continuidad del legado espiritual y el compromiso con la misión de ganar almas para Cristo.
El reverendo Tony Stewart, primer asistente del supervisor mundial de la Iglesia de Dios, motivó a los asistentes a confiar en las oportunidades que Dios abre para la iglesia en este tiempo.
Por su parte, el obispo Juan Tiburcio hizo un llamado a la unidad y a mantenerse firmes en la visión de ganar almas, fundamentándose en la palabra de Dios, el mensaje del Evangelio y los principios éticos establecidos en la Minuta, el documento rector de la iglesia.
El reverendo Andrés Rincón exhortó a los líderes a trabajar alineados con la visión institucional y enfatizó que el trabajo en unidad es fundamental para superar los desafíos ministeriales, advirtiendo sobre los riesgos del individualismo en el liderazgo.
En el marco de la cumbre, se entregaron nuevas credenciales a ministros y pastores, reconociendo su dedicación y contribución a la expansión del Reino de Dios en sus comunidades.
La actividad no solo fue un espacio de capacitación, sino también de comunión, adoración y renovación del compromiso de los líderes con el propósito de Dios. Esta decimoquinta edición reafirma el compromiso de la Iglesia de Dios en República Dominicana con la formación de líderes y la promoción de valores cristianos, fortaleciendo su impacto espiritual y social en todo el país.