Analfabeta aprende a leer con la Biblia de forma milagrosa y se convierte en pastora.
Por lo general nosotros nos centramos en las circumstancias del momento.
En lo imposible que es superar nuestra realidad y queremos resolver nuestra situación por nuestros propios medios y nos olvidamos de Dios. Por qué ésto? Porque no conocemos la palabra de Dios. Nosotros recurrimos a nuestros padres, familia, amigos, trabajo e incluso a la sociedad, pero no recurrimos a Dios. Y la respuesta es porque no le conocemos.
Él es nuestra respuesta en todo. En la Biblia, donde nos escribió todas las instrucciones de como vivir una vida feliz, sin carencia de nada y disfrutando de las todas sus bendiciones y especialmente de su amor. Un ejemplo, de sus instrucciones la tenemos en una de sus escrituras, en Jeremías: 32:27 He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?
Muchas veces nos sorprendemos de ver casos como el de la Analfabeta que aprende a leer con la Biblia de forma milagrosa y se convierte en pastora. En este caso la Pastor Ana Goncalves quien cuenta parte de su vida, ella dice que fue dejada a los ocho años para trabajar como doméstica y no pudo asistir a la escuela. “Con ocho años sali de mi casa y vine a Belo Horizonte. Cuando mi hermano me buscó yo tenía 20 años y no sabía leer ni escribir. Yo trabajaba en una casa y ellos me llevaban a la iglesia todos los domingos”, empieza Ana.
“Tenía días que yo iba alcoholizada. Yo bebía alcohol, iba a la iglesia y cuando llegaba a casa iba a comer y después acostarme. El otro día me levantaba temprano para limpiar las cosas. Un día mi patrón llegó con un paquete y yo lo tiré encima de la litera. Fui a cortar mis verduras para el almuerzo. Cuando abrí la puerta de la habitación y cogí aquel paquete, era una Biblia “, continuó.
“Le pregunté a él: ‘¿Usted me ha dado una Biblia? Pero yo no sé leer, ni escribir. Él me dijo: ‘Entonces usted pida a alguien para que se la lea’. Yo aparte la Biblia y fui a hacer el almuerzo. Cuando puse a cocinar el arroz dije: ‘Voy a recoger la Biblia de los creyentes’. Cuando la tomé, se abrió en Apocalipsis 21: 8 y lo leí todo, “dijo ella.
“Yo me preguntaba, ¿Quién me esta enseñando y cuanto más leía, más quería leer. Yo nunca fui a la escuela, así que paré y pensé: ‘Estoy conociendo las letras. “¿Quién me está enseñando?” La dejé abierta sobre la litera, fui a ver si el arroz se estaba quemando. Y yo me enamoré tanto por la obra del señor que evangelizé (a todo el barrio) la favela Prado Lopes”, comentó.
Transformación
“Yo no quería parar. Cada hora que tomaba en la Biblia yo sabía leer. Me quedé tan feliz, en todo lugar que me quedaba mirando las placas, porque ahora yo sabía leer. “Yo leía las recetas para mis remedios”, subrayó la pastora.
“Cuando el pastor cantó aquel himno, ‘Oh cuán ciego vago y perdido andaba lejos, lejos de mi Salvador’, e hizo el llamamiento yo levanté mi mano y acepté a Jesús. Entonces todo comenzó en mi vida”, dijo.
“He tenido muchas experiencias con Dios. Yo vivo la Palabra de Dios. Comencé a anunciar el Evangelio y viajé a mi tierra para predicar a mis padres. Hoy tengo una sobrina que es pastora, mi madre murió salva en mi compañía. Hoy, toda mi familia conoce al Señor como Salvador, pues hubo curación”, comentó.
“Mi madre vino a vivir conmigo y yo la gané para Jesús. He ganado toda mi familia a Jesús. No tengo palabras para agradecer a Dios”.
La pastora Ana Gonçalves dedica su vida en cuidar de otras personas y rescatar perdidos para Dios. Pero no siempre fue así. En realidad, su pasado es un verdadero testimonio de superación.