
El capítulo seis del segundo libro de crónicas es LA ORACIÓN DE DEDICACIÓN DEL TEMPLO HECHA POR EL REY SALOMÓN, y en esa oración hecha por Salomón encontramos las respuestas a las preguntas que la mayoría de las personas nos hacemos en los momentos de tribulación y angustia.
Pero verdaderamente la respuesta que muchos cristianos necesitan este día es ¿QUÉ HACER CUANDO LAS CONSECUENCIAS DE NUESTROS PECADOS NOS HAN ALCANZADO? Pues tenemos que reconocer que nuestro Dios nos ha perdonado nuestros pecados, pero muchas veces Dios permite que enfrentemos las consecuencias de nuestros pecados como parte de su disciplina, como parte de la enseñanza que el Señor quiere darnos en nuestra vida (Hebreos 12:7) Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
No debemos olvidar que hay una ley espiritual que aplica para todos: LA LEY DE LA SIEMBRA Y LA COSECHA y en nuestra vida vamos a cosechar las consecuencias de lo que hemos sembrado con nuestras decisiones (Gálatas 6:7) No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
¿QUÉ DEBEMOS HACER CUANDO ESTAMOS ENFRENTANDO O SUFRIENDO LAS CONSECUENCIAS DE NUESTROS PECADOS? VEAMOS LO QUÉ NOS ENSEÑA EL TEXTO QUE LEÍMOS PARA COMENZAR
I) TENEMOS QUE REACCIONAR Y DARNOS CUENTA HASTA DONDE NOS HA LLEVADO EL PECADO
(2 CRÓNICAS 6:36-37A) “Si pecaren contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojares contra ellos, y los entregares delante de sus enemigos, para que los que los tomaren los lleven cautivos a tierra de enemigos, lejos o cerca, 37 y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren llevados cautivos…”
A causa del pecado el pueblo fue llevado cautivo a la tierra de sus enemigos, algunas veces cerca y otras veces muy lejos.
Es necesario como lo dice el versículo “VOLVER EN SÍ” y darnos cuenta hasta donde nos ha llevado el pecado, tenemos que reconocer que tan lejos hemos llegado en nuestra vida a causa del pecado, es necesario reaccionar y preguntarnos ¿Cómo es posible que esté haciendo esto con mi vida? ¿Cómo es posible que le esté haciendo esto a mi familia? ¿Cómo es posible que esté viviendo esta vida si soy un hijo de Dios? Así como lo hizo el hijo pródigo (Lucas 15:17) Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
II) TENEMOS QUE BUSCAR A DIOS DE CORAZÓN, AUNQUE AÚN ESTEMOS AÚN EN LA TIERRA DE TU CAUTIVIDAD
(2 CRÓNICAS 6:37B 38) si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de su cautividad, y dijeren: Pecamos, hemos hecho inicuamente, impíamente hemos hecho; 38 si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hubieren llevado cautivos, y oraren hacia la tierra que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que he edificado a tu nombre;
Que maravilloso es que el Señor nos dice que estando aún en la tierra de nuestra cautividad, allá hasta donde el pecado nos ha llevado, desde allí podemos invocarle, desde allí podemos suplicar su ayuda, si volvemos nuestro corazón hacia él.
Que triste sería si ese versículo dijese: Invócame cuando hayas salido de la cautividad, búscame en oración cuando ya seas libre de tu pecado, clama a mi cuando ya estés fuera de la tierra de cautividad, pero que maravilloso es que nuestro Dios nos diga: ¡BUSCAME, AUNQUE ESTES EN CAUTIVIDAD!
Ahí donde hoy estás, ahí hasta donde el pecado te haya llevado busca a Dios con un corazón arrepentido y humillado.
Ahí aun estando en la tierra de tu esclavitud de un vicio, de una adicción, de una relación pecaminosa o destructiva, vuelve tu corazón al Señor ÉL TE HARA LIBRE, ÉL SIEMPRE ESTA PENSANDO EN TI PARA AYUDARTE (Salmos 40:17) Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
III) TENEMOS QUE CONFESAR NUESTRO PECADO CON SINCERIDAD DELANTE DE DIOS
(2 CRÓNICAS 6:37) y ellos volvieren en sí en la tierra donde fueren llevados cautivos; si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de su cautividad, y dijeren: Pecamos, hemos hecho inicuamente, impíamente hemos hecho;
El Señor está esperando que nosotros confesemos y reconozcamos que hemos pecado, que hemos obrado inicuamente y que hemos hecho impíamente.
Esto significa reconocer con honestidad: QUE SABEMOS PERFECTAMENTE PORQUE ESTAMOS COMO ESTAMOS, es decir, reconocer que no es culpa de Dios, que no es que Dios no nos ama, que no es que Dios no nos escucha, sino que reconocemos que estamos enfrentando las consecuencias de nuestro pecado y de nuestras malas decisiones (Salmos 38:4-5) Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada se han agravado sobre mí. 5 Hieden y supuran mis llagas, A causa de mi locura.
La confesión de nuestros pecados trae perdón y bendición de parte de nuestro Dios (2 Crónicas 6:39) tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y su ruego, y ampararás su causa, y perdonarás a tu pueblo que pecó contra ti.
No esperes más, A PESAR DE NUESTROS ERRORES Y PECADOS Y DE LAS CONSECUENCIAS QUE PODAMOS ESTAR ENFRENTANDO HOY ES DÍA DE SALVACIÓN, Y AUN ES TIEMPO DE TU RESTAURACIÓN (2 Crónicas 7:13-14) Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; 14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
CONCLUSIÓN: No importa cuán lejos el pecado te haya llevado, ni cuán duras sean las consecuencias que hoy enfrentas. El Señor sigue escuchando a todo aquel que se humilla, reconoce su pecado y le busca de todo corazón. Dios no espera a que salgas de tu cautividad para ayudarte; Él quiere encontrarte ahí mismo, donde estás, para levantarte, perdonarte y restaurarte. Hoy es el día para reaccionar, confesar y volver a tu Padre celestial, porque todavía hay esperanza y Su misericordia no se ha agotado.