TESTIMONIOS DE MARGARITA

Señales de Compasión. Testimonio de la Misericordia Activa de Jesús en Medio de Desafíos

Los milagros divinos de Dios

No podemos dejar de testificar cuando hemos visto y oído los milagros divinos de Dios. Hechos 4:20. Tengo la convicción, la satisfacción de los testimonios vividos que son el sello de mi fe procesada en las obras de Dios para mi crecimiento espiritual. Reconocer que Dios nos da una nueva oportunidad para vivir de nuevo, nos impacta de manera sobrenatural.

El 6 de enero del 2024, día de su cumpleaños, en la ciudad de Miami Florida mi hermano José Reynaldo, se encontró nuevamente en una situación crítica, recordando un episodio similar ocurrido hace dos años. A pesar de las señales y las intervenciones divinas anteriores, ha sido difícil para él comprender el mensaje de Dios para su vida. La Biblia enseña, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda más tenga vida eterna» ( Juan 3:16). Dios envió a Jesús para salvarnos de nuestros pecados. Las enseñanzas de Jesús guían nuestra vida y nos llevan a la felicidad duradera.

Hoy, quiero testificar sobre la misericordia y el amor incondicional de Dios. En medio de nuestras vidas ajetreadas, a veces ignoramos las señales que Él nos envía. Mi hermano ha experimentado el cuidado sobrenatural de Dios en el pasado, pero aún lucha por entender el propósito detrás de estos desafíos repetidos.

Este testimonio es un llamado a cada uno de nosotros. Dios nos habla de maneras misteriosas, a través de experiencias, sueños y situaciones inesperadas. No ignoremos Su voz. Prestemos atención a las señales que nos guían hacia un camino de vida plena y significativa.

La misericordia de Dios nos da una oportunidad tras otra para reflexionar, cambiar y acercarnos a Él. No esperemos a enfrentar situaciones difíciles para atender su llamado. Escuchemos Su voz hoy, respondamos con humildad y entreguémonos a Su amor redentor. Que esta experiencia sirva como recordatorio de que Dios está siempre presente, llamándonos a vivir en alineación con Su voluntad y experimentar la plenitud de Su gracia.»

La compasión activa de Jesús se manifiesta a través de sus milagros. Sus acciones son evidencia tangible de su amor y poder. En los Evangelios, encontramos numerosos relatos de sanidades, multiplicación de alimentos, y hasta el control sobre las fuerzas naturales. Estos milagros no solo son testimonios de su divinidad, sino también expresiones concretas de su compasión hacia aquellos que sufren.

Cada milagro cuenta una historia de redención, restauración y amor incondicional. El ciego recupera la vista, el cojo camina y los enfermos son sanados. Estos eventos extraordinarios no solo demuestran el poder sobrenatural de Jesús, sino también su deseo de aliviar el sufrimiento humano.

Así como Jesús extendió su compasión a las multitudes hace miles de años, sigue interviniendo en nuestras vidas hoy en día. Sus milagros no son solo relatos del pasado, sino experiencias vivas que testimonian su constante interés y cuidado por cada uno de nosotros.

Recordemos que, aunque no siempre comprendemos completamente el propósito detrás de nuestras luchas, la compasión de Jesús está siempre presente. En momentos de desesperación, su abrazo cálido nos envuelve, recordándonos que no estamos solos y que su poder transformador puede obrar milagros en nuestras vidas. Que su compasión nos inspire a confiar en Él, sabiendo que su amor y poder son eternos.

A DIOS SEA TODA GLORIA Y HONRA.

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