No soy muy de citar la biblia, pero en Génesis 1, 26-28, dice «Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. 27.Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. 28.Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.».
Desde que existimos, tenemos relaciones con los animales. Nos dan alimento, compañía, y no podemos escribir el largo recorrido de la humanidad en este planeta sin mencionar la importancia de los animales. Lo primero es que el hombre buscó encontrar el sentido a realidades que no controlaba, como el fuego, el clima, el día, la noche, y una de las formas de tratar de explicarlo fue definirlo como actuaciones de dioses y los mismos tenían forma de animales, los cuales tenían ciertos significados.
Mientras la humanidad se fue urbanizando, lentamente fue incorporando animales de compañías como perros y gatos, que acompañaron al hombre en sus actividades. Los gatos siempre fueron individualistas y elegantes, mientras que el perro fue solidario y bonachón.
Hoy día creo que no existe una región del planeta donde no tengamos un perro o gato que acompañen a familias o a gente solitaria. Usted puede perderlo todo, su esposa, hijos, trabajo, pero su perro no le va a abandonar, y es posible que se enferme porque usted no está.
Una mascota te da alegría, salud, juega contigo, te hace sentir importante, y todo a cambio de que lo mimes y le des comida. Cuando un animal te ve y decide ser tu mascota, segrega las mismas hormonas que segregamos nosotros en nuestro cerebro cuando nos enamoramos.
Por ende, deseo, lectores, que si tienen alguna mascota, que lo quieran y se den cuenta que ese amor puro que reciben de ese ser inocente que los eligio es un regalo de Dios. Creo, sinceramente, que es la forma de Dios de enseñarnos, en ocasiones, virtudes y valores, especialmente fidelidad, y sentirnos acompañados con alguien que nos quiere a pesar de todo y sobre todo.