Dios le promete a Abraham una bendición generacional que se cumple en Jesús. Pedro nos dice que esto fue lo que se prometió, y Pablo dice que no es solo para los judíos porque somos hijos de Abraham por la fe, y por tanto tenemos acceso a la promesa y sus beneficios naturales y espirituales. Dios le dijo a Abraham que en él serían benditas todas las familias de la tierra, que sus hijos poseerían la puerta de sus enemigos; y en aquel tiempo, la puerta de una ciudad era el lugar de los negocios. Tú tienes acceso a esto por la fe porque has creído en Jesucristo. Así que, gloria a Dios que eres salvo, pero puedes también ser próspero. Ese es beneficio también de la salvación.
Warren Buffet les dejó una porción de su herencia a sus hijos para que puedan vivir bien, pero no es que sean multimillonarios; les dejó una porción, y el resto lo regaló. Ellos tienen que hacerse por sí mismos. Donald Trump llevó a sus hijos a su apartamento y les dijo: ¿Ven todo esto?; todo esto es mío, no es de ustedes; ustedes tienen que trabajarlo. Ellos tendrán el beneficio de ser hijos, pero tendrán que hacer sus cosas por sí mismos. Y así tenemos que ser nosotros. Tus hijos disfrutan de unos beneficios, viven en un hogar cristiano, uno de paz, donde no hay abuso, comen, son celebrados; eso no lo viven todos los muchachos de tu país. A veces, tus hijos piensan que los estás restringiendo, pero ellos no saben lo que es vivir en un hogar no cristiano.
Tú puedes tener fe, certeza de que si Dios hizo todo lo que hizo para cumplir la promesa que le hizo a Abraham en Jesús, también Dios va a hacer todo lo que Él tenga que hacer para que su promesa se cumpla sobre tu vida. La salvación es individual, y lamentablemente, en el camino, hay algunos que se pierden, pero la Biblia nos muestra todas las maniobras que Dios hizo para que Jesús naciera y cumplirle la promesa a Abraham. Dios incluyó a Rahab, casó a gente, perdonó gente; David se casa con la incorrecta y engendra, y Dios restaura eso. Si Dios hizo todo ese embeleco, esa maniobra para cumplirle la promesa a Abraham, ¿no podrá Dios hacer todo eso por ti? ¿No puedes tú creer que no importa dónde estén tus hijos, Dios va a hacer algo? Dios lo hizo por uno, y Él no hace excepción de persona; lo que pasa es que ese uno lo creyó. Y tú tienes que creerle. Si lo hizo por Abraham, para cumplirle, lo va a hacer por ti. En tus generaciones quizás no lo verás todo, pero no quiere decir que Dios no lo vaya a hacer. Dios le prometió hijos a Abraham, y le dio dos; uno que hizo Abraham por sí mismo, y otro que Dios le dio. Y en esos dos, Dios le cumplió todo lo que había prometido.
Aunque la salvación es individual, tú tienes que tener la convicción: Mis hijos no se van a perder, mi casa no se va a perder, mi familia no se va a perder. Si Dios buscó y conectó a Rahab y perdonó el pecado de David, que se acostó con la otra y de ahí nació un niño, y luego vemos que Jesús nace de una virgen; quizás en tu familia, tu hija queda embarazada antes de tiempo, Dios no lo quiera, pero si Dios permitió que Jesús naciera del escándalo de que una virgen quedara embarazada, ¿tú no crees que Dios pueda tomar tu reguero familiar y darte la promesa cumplida sobre tu vida? Esa debe ser tu fe; que si lo hizo por Abraham, lo va a hacer por ti. Tú lo que tienes es que permanecer creyendo.
Abraham esperó veinticinco años para tener a Isaac, y tuvo problemas con Agar y tuvo que separarse de ella, Ismael termina por fuera; y Abraham no sabe, porque no lo vio, pero los hermanos de José lo vendieron, y unos isamelitas lo compraron. Aquellos eran los otros hijos de Abraham, así que los primos de José son los que pagan para sacarlo del hoyo; Dios coge lo que era un error de Abraham y lo usa para que entonces el hijo de la promesa termine en Egipto. Cuando los hermanos no daban un peso por José, viene un primo que parece que es producto de un pecado, y paga para llevarse a José. Si Dios hace todas esas maniobras, que lo haga contigo hoy no es problema. Y ahí es que tiene que estar tu fe.
Para que tu familia llegue al conocimiento de la verdad y acepte al Señor, tú tienes que aceptar y saber trabajar con el hecho de que tu fe, tu convicción cristiana, causa conflictos.
“49 Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? 50 De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla! 51 ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión. 52 Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres. 53 Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.” Lucas 12:49-53
Jesús dijo que él causaría división. Y tú tienes que entender que en momentos de tu vida, con tus familiares directos va a haber conflictos; conflictos de horarios, de prioridades, de ideas, de lo que es correcto y lo que no es correcto hacer con tus hijos o con tus nietos. Tan sencillo como que la fiesta de Navidad familiar va a caer el mismo día que tienes compromiso en la iglesia, y a veces, lo hacen para ver qué escoges. Pero la naturaleza del mundo en que vivimos es conflictiva. La gente paga para poner a sus hijos en un colegio cristiano, y luego se quejan si allí les dan una charla en contra del aborto. Pero, ¿para qué pagan por el colegio cristiano entonces? El tema es conflictivo y nuestras convicciones son conflictivas, con nuestra familia y con el mundo. Así que, si eres cristiano, aguanta presión. Vas a tener que luchar por tu convicción.