Neil McGregor, director de un museo británico que trata de compilar la historia del mundo a través de sus colecciones de miles de artefactos, hace algún tiempo atrás, realizó que la realidad es que la gente no ve todos los artefactos que están en un museo; es imposible. Tendrías que pasar días en el museo para poder prestarle verdaderamente atención a cada artefacto. Así que él se dio a la tarea de buscar 100 objetos en ese museo, que pudieran contar la historia del mundo. Y escribió un libro que se titula La historia del mundo en cien objetos. A través de esos 100 objetos, él pretende explicar lo que es la experiencia del ser humano en este mundo.
La realidad es que es limitado lo que él puede hacer, por dos razones:
- El conocimiento que el hombre tiene acerca de la historia es bien subjetivo. Él tiene una momia, por ejemplo; pero la pregunta es ¿qué historia cuenta esa momia? Sabemos que lo embalsamaron, pero tú no sabes para qué lo hicieron; los expertos pueden decirte una cosa, pero ¿de dónde lo sacó el experto? Alguien contó que lo embalsamaron para tal o cual cosa, y así se siguió contando, y hasta el día de hoy creemos que lo embalsamaron por algo porque, a través de un par de miles de años se nos ha dicho que para eso lo embalsamaron. ¿Cómo uno se hace experto en jeroglíficos? ¿Por lo que saben los expertos? Pero ¿qué experto originalmente interpretó el primer jeroglífico? ¿De dónde sacó el conocimiento? ¿Cómo se capacitó? Fue simplemente una interpretación de algo que es histórico, que ha ido evolucionando a través de los tiempos. En la actualidad, es diferente, porque ahora sí tenemos videos, audios. La historia del mundo ahora se va a poder marcar de una manera diferente a la historia pasada; porque ahora no es lo que alguien dice que tú dijiste, sino lo que tú dijiste porque está en YouTube. Pero la historia de todas estas cosas es bien subjetiva. Ha sido a través de la interpretación de la gente a través de los tiempos, lo que ha hecho que se formen estas conjeturas que, en el día de hoy, han marcado la historia del hombre. Así que, la realidad es que, aunque él puede hablar de un objeto, está dando una interpretación subjetiva de lo que él ha leído que otro dijo porque nadie de los que está en el museo estuvo el día que cogieron aquella vasija y la hicieron. Esto es lo que ha pasado a través de la historia.
Él no tiene los objetos que han transformado realmente la historia. Él no tiene un pedazo de la cruz ni de la tumba ni de la piedra. Y no hay momia que haya tenido el mismo efecto que la cruz, la tumba y la piedra removida. No hay momia que pueda cambiar la historia de la humanidad y del hombre, pero el evento del nacimiento y la muerte y la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, aunque no tenemos un pedazo de esa cruz ni de la piedra, aunque exactamente no sabemos la tumba en que lo pusieron, sí sabemos una cosa: que ha resucitado, que está vivo y que hoy todavía ese evento y contar ese evento cambia y transforma la vida de una persona para siempre.
