2 reyes 20:5 “Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová”
La vida del rey Ezequías tiene muchas lecciones para nuestra vida pero en este versículo con el cual hemos comenzado esta mañana podemos tomar una lesión muy importante para nosotros: nuestras lágrimas no pasan inadvertidas para Dios, él no es indiferente a nuestras lágrimas ni a nuestra aflicción la oración y las lágrimas que Ezequías derramo delante del señor permitieron que el recibiera una nueva oportunidad de vida, permitieron que el fuera sanado de una enfermedad terminal.
Pero esta mañana reflexionaremos de aquellas lágrimas que no son agradables a nuestro Dios, de esas lagrimas que molestan a Dios y que no permiten que el gozo, la paz y la esperanza que el señor quiere darnos sean una realidad en nuestra vida.
Esta mañana hablaremos de esas lagrimas que son un obstáculo entre nosotros y la bendición de nuestro Dios, esas lagrimas que muchos quizás estamos derramando pero que ya cansaron el corazón de Dios porque estamos llorando por lo que no es su voluntad.
Ahora que hemos llegado al segundo semestre del año 2015 es necesario que comprendamos cuales son las lágrimas con las que tenemos que tener cuidado porque no agradan a Dios.
Las lágrimas que no agradan a Dios son las que no nos permiten comprender que Dios nos ha quitado algo bueno para darnos algo mejor (1 Samuel 15:26 y 35 / 1 Samuel 16:1) Saúl representa lo que dios ha desechado, lo que no es agradable a él, aunque parezca bueno (1 Samuel 10:22-24) Saúl desobedeció y fue desechado por el señor, pero Samuel lloraba por Saúl, a Samuel le dolía en su corazón que el primer rey de Israel no hubiera obedecido a Dios y el profeta Samuel lloraba por él.
Pero el señor le dijo: ¿porque lloras por Saúl habiéndolo yo desechado? dios desecho alguien que parecía bueno, pero tenía preparado a alguien mejor: al rey David (cap 16:1) a cuantos de nosotros el señor esta mañana nos hace el mismo reclamo que al profeta Samuel? porque sigues llorando por lo que yo he desechado, porque sigues llorando por lo que no era mi voluntad, porque sigues llorando por aquello que no me agrada a mí?
Estas llorando por ese hombre que te abandono pero te hacia la vida imposible…. ya no llores más por Saúl!! Estas llorando por ese trabajo donde compartías con personas que siempre te llevaban al mal? …. ya no llores más por Saúl! estas llorando por ese novio o novia que solo te incitaba al pecado? esa persona que no quería nada con Dios? …. ya no llores más por Saúl!!
Estas llorando por ese viaje que no pudiste realizar que no era la voluntad de dios?? ya no llores más por Saúl!!
Tenemos que confiar que dios tiene preparado desde ya algo mejor para tu vida!! Seca ya tus lagrimas!!
Las lágrimas que no agradan a Dios son las que vienen de un corazón mal agradecido (números 11:5-10) el pueblo de Israel cuando iba camino a la tierra prometida tenía la bendición dada por el señor de poder comer mana todos los días, solo tenían que recogerlo y ser agradecidos con Dios por su provisión.
Pero el pueblo en lugar de agradecer a Dios por el mana, lloraba recordando lo que comían en Egipto, el pueblo lloraba anhelando volver a la tierra de esclavitud.
Al señor le dolió en su corazón que su pueblo dijera que le iba mejor en Egipto y llorara por comer carne menospreciando la bendición que él les daba (números 18 y 20)
Lastimosamente muchos cristianos tenemos exactamente la misma actitud del pueblo de Israel. Tenemos la bendición de Dios sobre nosotros, somos salvos, somos sus hijos, tenemos paz, ha restaurado nuestra familia, ha restaurado nuestro matrimonio, pero seguimos con un corazón mal agradecido llorando por lo que teníamos cuando no conocíamos a Dios.
No llores recordando y anhelando la vida que vivías antes de conocer al señor, reconozcamos nosotros también lo que el apóstol pablo reconoció (filipenses 3:7-8) todo aquello era basura.
Las lágrimas que no agradan a Dios son aquellas que vienen de un corazón lleno de negativismo (jeremías 31:15-17)
Cuantas personas ven sus vidas con tanto negativismo que no quieren ser consoladas en sus angustias, han perdido toda esperanza, se han dejado llevar por el pesimismo.
Son personas que lloran sin esperanza, son personas que lloran y lloran pero no buscan al señor para ser consoladas.
Pero esta mañana el señor nos dice: reprime el llanto de tu voz, ya no llores más por lo mal que está tu vida, ya deja de lamentarte.
Ya no llores sin esperanza, porque esta mañana Dios tiene una promesa para tu vida: esperanza hay para tu porvenir!!