Voz del Tabernáculo

La Vida es Como Neblina. Pero en Cristo tiene Propósito eterno

Vamos ahora, los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece…» (Santiago 4-13-14).

En estos versículos, la Biblia nos confronta con una verdad ineludible: la fragilidad de la vida. Nos afanamos en planear, en proyectar, en suponer, pero muchas veces olvidamos a Aquel que sostiene cada segundo de nuestra existencia: el Señor.

Nuestra vida no está en manos del destino, ni del esfuerzo humano, ni de la lógica del mundo. Está en las manos de Dios. Él es quien da propósito y dirección a nuestro breve paso por la tierra.

Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10-10). Esa es la diferencia entre la vida que se disipa como neblina y la vida que se ancla en la eternidad. Jesús no solo ofrece años, sino plenitud. No se trata de cuánto vivimos, sino de cómo y para quién vivimos.

La verdadera sabiduría no es jactarse de lo que haremos mañana, sino decir humildemente: “Si el Señor quiere…” Reconocer su soberanía nos libra de la arrogancia y nos dirige a hacer el bien, porque no hacerlo sabiendo que debemos hacerlo también es pecado (Santiago 4-17).

Hoy es un buen día para detenernos y preguntarnos: ¿Estoy viviendo para mí, o para la voluntad de Dios? ¿Estoy haciendo el bien que sé que debo hacer?

Recuerda: la vida es frágil como la neblina, pero en Cristo tiene propósito eterno. Lectura: Santiago 4:13-17; Juan 10:10

Margarita García

Margarita García

Directora del Tabernáculo Prensa de Dios

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