Muchos grupos falsos, muchas sectas falsas a través de los siglos -aún sectas cristianas- han tratado de cuestionar la deidad de Jesús. Una de las cosas que el enemigo siempre tratará de hacer es rebajar el estatus, la estatura de Jesús porque Satanás sabe que si él logra derribar a Jesús de su posición central en la fé cristiana estará asestandole un golpe mortal a nuestra fé.
Entonces vemos muchas veces que grupos falsos a través de los siglos han tratado de rebajar la estatura de Jesús y por eso la Biblia es tan insistente una y otra vez en presentar esa verdadera naturaleza, esa deidad de Jesucristo. Vemos que en el primer siglo la Iglesia cristiana batalló a muerte con una herejía que se llamaba el gnosticismo que trataba de nuevo de presentar a Jesucristo como simplemente un ser menor, como uno de muchos diferentes dioses que existían en la creación y que trataba también de meter una cantidad de rituales y de enseñanzas, cuidar de días de fiestas y de comidas, y de no casarse y de meterse en muchas especulaciones acerca de dioses que estaban en la atmósfera superior y una cantidad de cosas que le quitaban a Jesús Su verdadera importancia y Su deidad.
Y entonces la Biblia en muchos pasajes defiende en una forma muy clara esta importancia central y sobre todo este carácter glorioso y divino de la persona de Jesús. Y por eso vemos aquí entonces donde el apóstol Pablo está diciendo que Jesús es la imagen misma del Dios invisible lo está diciendo no solamente como una afirmación neutral sino que es una afirmación defensiva y polémica contra todo aquéllo que trate de quitarle Su deidad y Su Gloria a Jesús.
En nuestros propios tiempos hemos tenido herejías como la de los Testigos de Jehová. Gente muy buena, muy seria que no dudo de que aman a Dios pero han sido engañados con una enseñanza de que Jesucristo no es Dios sino de que es simplemente la criatura más excelsa y más exaltada que Dios creó y que tampoco es eterno sino que fue creado en algún punto, en algún momento de la eternidad pero que no fue existente por toda la eternidad.
Y entonces la Biblia claramente nos trata de corregir esas enseñanzas erróneas y por eso es que es tan importante que nosotros nunca cedamos con respecto a esa deidad de Jesucristo, es algo absolutamente central que el apóstel Pablo va a estar enseñando una y otra, y otra vez en este pasaje. Yo voy a estar insistiendo mucho en eso porque me parece que dependiendo de lo que nosotros creamos de Jesús resultará nuestra fé en Él, nuestra confianza en Él, nuestro entendimiento del poder que hay en el Nombre de Jesucristo, Su Persona.
Cuando la Biblia dice por ejemplo que a Cristo le fue dado un nombre que es sobre todo nombre para que ante Cristo se doble toda rodilla de lo que está en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra está declarando de nuevo el señorío de Jesús. Cuando nosotros nos vemos en situaciones de prueba, cuando estamos confrontando poderes demoníacos, ataques del diablo, situaciones difíciles en nuestra vida, cuando tenemos que pedirle al Padre en el Nombre de Jesucristo es importante que nosotros sepamos que estamos haciendo todas estas transacciones basados en una persona que es Dios mismo, que tiene el poder para concedernos esas victorias que necesitamos, esas respuestas, esas soluciones que necesitamos.
Tenemos que creer que Él está viendo nuestras vidas, que Él está conciente de quiénes somos, que Él puede ver la realidad de cada individuo no importa cuántos le pidan a Él, que Él tiene el poder para conocer el principio y el fin, que Él conoce todos los secretos del mundo y que puede diagnosticar todos los errores y todos los defectos de esta creación y que también puede dar la solución a todas esas cosas. Nadie podría hacer todas las cosas que nosotros dependemos que Jesús haga a menos que no fuera Dios y por eso es tan importante que nosotros defendamos siempre esa doctrina central de la deidad y el poder, y la gloria inigualable de Jesucristo.
