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La verdadera historia de nuestra amargura

Éxodo 15:22-24 Moisés les ordenó a los israelitas que partieran del Mar Rojo y se internaran en el desierto de Sur. Y los israelitas anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Llegaron a Mara,[a] lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudieron apagar su sed allí. Comenzaron entonces a murmurar en contra de Moisés, y preguntaban: «¿Qué vamos a beber?»

Cuántos cristianos hemos comenzado el año nuevo con amarguras viejas, hemos cambiamos el calendario, la ropa, el peinado, etc, pero seguimos con la misma amargura que nos hizo tanto daño el año pasado.

En el texto que hemos leído vemos al pueblo de Israel caminando en el desierto y llegan a una fuente de agua, pero el problema era que las aguas eran amargas, ellos pensaban saciar su sed, pero fue imposible pues el agua no era potable, era amarga.

Que triste llegar a un lugar donde tendría que ser de bendición, de satisfacción, de descanso, pero que no sea así por causa de lo amargo de su agua.

Pero lastimosamente muchas veces nuestra vida es un reflejo de esos versículos, nos parecemos mucho a las aguas de mara, pues somos cristianos, tenemos el Espíritu Santo en nuestra vida, tenemos la capacidad de brindar palabras de consuelo, de amor, de comprensión, de aliento y de sabiduría, pero en lugar de eso las personas en nosotros lo que encuentran es amargura.

Nuestros hijos se mueren de sed de amor, de comprensión, pero lo que reciben de nosotros son aguas amargas de reproche, de ira, de rencor, nuestra pareja se muere de sed de atenciones, de cariño, de amor, pero lo que encuentra en nosotros es amargura, y desinterés.

Pero la pregunta que tenemos que contestar este día es: ¿Por qué me ha vuelto tan amargado? porque tenemos que comprender que nuestro Dios no nos hizo así, él nos dio un corazón limpio desde él momento que le recibimos como nuestro Señor, es decir que nosotros nos hemos amargado y tiene que haber una o varias razones para nuestra amargura ¿cuál es su historia?

Generalmente siempre tenemos una historia para darnos nosotros mismos la razón para estar tan amargados: Decimos que no nos quieren, que no nos comprenden, que nada nos sale bien, que no nos valoran, que nadie te apoya, etc.

Pero este día vamos a analizar en a palabra de Dios la vida de una mujer, que se llenó de amargura, y por medio de la vida de ella podemos nosotros comprender la verdadera historia de nuestra amargura y así también poderla quitar de nuestro corazón.

VEAMOS LA HISTORIA DE ESA MUJER LLAMADA NOEMI (RUT 1:19-21)

Vemos ahí nuevamente la palabra mara, amargura, al igual que las aguas en el desierto, vemos una mujer que acepta completamente que está llena de amargura, acepta que su corazón se ha amargado, pero al igual que muchos de nosotros ella busca un culpable de su amargura, al igual que nosotros, aunque no lo digamos, aunque con nuestros labios no lo expresan, muchos cristianos pensamos lo mismo que Noemí: Dios es el culpable de mi amargura (vs 20-21)

Si somos sinceros este día, reconocemos que muchos de nosotros en lo más profundo de nuestro corazón pensamos que Dios no ha sido justo con nosotros, pensamos que dios ha sido cruel con nuestra vida.

Pero será esto cierto, será verdad que estamos llenos de amargura en nuestro corazón porque Dios no nos ama? o será que lo que nos ha llenado de amargura el corazón es el fruto o la consecuencia de nuestros propios errores? veamos en la historia de la familia de Noemí la respuesta y la verdadera historia de su amargura.

LA FAMILIA DE NOEMÍ TOMÓ UNA DECISIÓN INCORRECTA (RUT 1:1)

Cuando vino el hambre en la tierra de Belén de Judá, la familia de Noemí tomó una decisión muy mala: abandonar la tierra de la promesa para irse a la tierra de los enemigos de Jehová, en busca de pan.

Tenemos que notar que Belén significa “casa de pan” y Judá significa “alabanza” la familia de Noemí decidió dejar la casa de pan para ir a buscar pan, donde no hay, decidió dejar el lugar de la alabanza para ir a una tierra donde no alaban al señor.

Hablemos ahora de nuestra familia; estamos amargados porque tomamos la decisión incorrecta, nos apartamos de los caminos de Dios, nos alejamos de la iglesia, abandonamos nuestros ministerios, para buscar bendición donde no hay, y ahora que nos ha ido mal en lugar de reconocer nuestro error nos hemos enojado contra Dios (Proverbios 19:3) 

LA FAMILIA DE NOEMÍ NO PERMITIÓ QUE DIOS GOBERNARA SUS PASOS (RUT 1:2)

Este versículo nos da un dato muy interesante que debemos de tomar muy en cuenta, el nombre del esposo de Noemí era “Elimelec” Eli=Dios, Melec= rey, quiere decir que el nombre del esposo de Noemí era: Dios es mi rey.

Ese hombre se llamaba Dios es mi rey, pero no se dejaba gobernar por él, no vemos en ninguna parte que él haya consultado a Dios su decisión de abandonar la tierra de Belén.

No será esa exactamente la causa por la que mucho de nosotros estamos amargados el día de hoy? porque decimos con nuestra boca que Dios es nuestro rey, pero no le queremos obedecer, pero no queremos hacer su voluntad, pero no queremos dejarnos guiar por él.

No hacemos la voluntad de Dios sino que nos dejamos llevar por las apariencias, nos dejamos llevar por lo que las personas nos dicen y dejamos de lado la voluntad de nuestro Dios y al final nuestro corazón se llena de amargura (Proverbios 14:12) 

NOEMI PERMITIÓ QUE SU FAMILIA HICIERA ALIANZAS EQUIVOCADAS (RUT 1:3-4)

Elimelec murió y quedó Noemi sola con sus hijos, y ellos tomaron mujeres de Moab, mujeres que no eran del pueblo de Dios, mujeres que Dios había mandado que no tomaran, pero Noemí no se los impidió.

En el caso de Noemí su hijo tomó una mujer llamada Rut la cual fue al final de mucha bendición para su vida, pero no siempre eso es así.

Lastimosamente nuestros hijos se unen con personas impías, y no se lo impedimos. Y en nuestra vida, ¿Cuántas veces nos dijeron que no nos uniéramos a esa persona pero no quisimos obedecer? ¿ y como está hoy nuestro corazón? amargado!

Ya vimos algunas de las causas de nuestra amargura, ahora respondamos ¿cómo puedo quitar la amargura de mi corazón con tantos errores que he cometido? (Éxodo 15:25-26)

El único que puede endulzar tu corazón y sanar toda amargura de tu vida, es Dios, nuestro Jehová Rapha, Dios nuestro sanador, invítalo hoy a tu vida y si ya lo tienes en tu corazón, arrepiéntete y sincérate con Dios el día de hoy (Isaías 1:18)

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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