¿Cómo tener super fe? Eso de “super fe” fue un estigma que a través de los tiempos pusieron a nuestra iglesia por demagogia o para degradar la convicción que siempre ha habido en Fuente de Agua Viva, de la importancia de la fe en la vida de toda persona. Allá afuera se nos llamaba los de la super fe. Viendo lo que estamos viviendo, surgió este tema, el de la fe como esencia, como parte de nuestra vida. Y decidimos retomar algo que algunos utilizaron para mofarse o señalarnos, para marcar lo que debe ser nuestro corazón como iglesia, con la importancia de lo que es realmente aprender a vivir por fe.
“Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja. 2 Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. 3 Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. 4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.” Habacuc 2:1-4
El que no tiene fe se enorgullece, pero el justo por su fe vive. Es tu fe la que te sostiene, la que te hace vivir a través de todos los tiempos.
Jesús vino buscando una sola cosa: fe. La pregunta es: cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra, encontrará fe en la tierra? Jesús encontró fe en los lugares donde menos se pensaba que se iba a encontrar. El único título de gente salva se le da a samaritanos. Jesús dijo que vino a los hijos de Israel, pero los hijos de Israel no le recibieron, no creyeron; pero los samaritanos recibieron lo que era para los hijos de Israel, simplemente, por una cosa: era por fe. Las reglas se suspendieron por un momento para que aquellos que entraban por la fe, accedieran a aquellas cosas que por ley no tenían derecho porque todavía nuestro Señor Jesucristo no había muerto.
Tú tienes que saber que lo que Dios va a buscar en tu corazón es ese lugar lleno de fe a través del cual Él pueda actuar y tomar decisiones en tu vida.
¿Qué clase de fe tenían todos los grandes hombres y mujeres de Dios que vemos en el Antiguo Testamento? ¿Qué clase de fe tenía Abraham para sacrificar a su hijo? Tenemos que decir que Abraham tuvo una súper fe. Porque mucha gente creía y llevaba sacrificios al altar, pero nadie al grado de llevar a su hijo. Abraham no era el único que sacrificaba y creía, pero fue el único dispuesto a hacer eso. ¿Qué tenía David al enfrentarse a Goliat y pelear contra él? No podemos decir más nada; David tenía una super fe. Y la razón por la que David lo hizo fue para ganar todo lo que se le prometió a aquel que peleara contra Goliat y lo venciera. No había nada más allá de eso. Él quería la recompensa. ¿Cómo alguien construye un arca como lo hizo Noé, por cien años, cuando nunca había llovido? Tienes que creer que va a llover, creer para construir el arca, y tienes que creer que después que lo construyas va a llover. Es una super fe.
La realidad es que cuando miramos, no hay otra manera de vivir ni otra manera de describir la fe que tenemos que expresar en los tiempos que estamos viviendo. No hay otra forma de vivir si no es por fe.
Por supuesto, cuando miramos, nos damos cuenta que en los tiempos que vivimos, hay gente que a veces demuestra más fe que nosotros mismos, los cristianos. Podemos criticar a Elon Musk por las ideas e ideologías que hay en su mente y podemos cuestionar pensamientos, pero tenemos que admirar la fe o la confianza que tiene para hacer algo que otros no se atreven: explotar diez cohetes, creyendo que algún día va a conquistar Marte. Cree tanto en eso, que ha creado una escuela en particular para niños y jóvenes, para prepararlos a vivir como se tiene que vivir allá arriba. Nosotros los cristianos lo que estamos pensando es en escapar de este mundo; no hemos pensado ni conquistar nuestros países para Cristo; lo que queremos es escapar, salir, mientras hay gente pensando en conquistar Marte. Entonces, lo único que nos queda es criticarlos y ver los logros de los demás, y ver cómo otros alcanzan cosas que nos tocaría a nosotros alcanzar. Y la diferencia entre ellos y nosotros es que tienen una confianza que muchos cristianos deberíamos tener porque, diferente a ellos, nosotros tenemos en quién confiar, que nunca nos va a fallar, alguien en quien podemos depender toda nuestra vida, que se llama Jesucristo, el Dios Todopoderoso que entregó su vida por nosotros en la cruz del Calvario, y que nos ha dado vida y vida en abundancia.
Pero pensamos en todo lo contrario. Mientras otros piensan en conquistar Marte, tú cuestionas si Dios te quiere dar la casa que estás deseando, y si está bien, y si crees por esa casa, alguien te dice que tú eres de la super fe, y comienzas a justificar ante el mundo lo que necesitas y debes creer para vivir. Hoy tienes que salir de ese pensamiento en tu mente.
Las palabras que vemos en Habacuc 2 suenan muy bonitas, pero cada verso toma valor cuando tú entiendes el contexto en el que se dice. Suena bonito eso de que el justo por la fe vivirá y cuando después dice: aunque la vid no produzca, aunque no haya fruto, con todo me alegraré. Los que critican a los de la super fe, toman estos versos para criticarnos y decir que tenemos que estar contentos en medio de la crisis, pero el contexto en que Dios habla en estos versos es uno de crisis y dificultad, uno de los momentos más duros; y Dios le dice al profeta que escriba la visión y la muestre a todo el mundo porque aunque pareciera que no iba a cumplir su palabra, sí lo haría; que le dijera a todos que se preparen, que estuvieran listos, que su palabra se apresuraba a cumplirse. Por eso dice que el justo por la fe vivirá.
El tema principal de Habacuc son dos cosas: la fidelidad de Dios en cumplir su promesa y un pueblo que vive confiando en la fidelidad de Dios de que Él cumplirá su promesa, a pesar de la catástrofe que estaba viviendo. Esos son los dos temas principales de Dios. Eso de que el justo por la fe vivirá era para darles a los creyentes la seguridad y la certeza en aquel tiempo de que a pesar de la crisis que estaban viviendo, de la dificultad que estaban experimentando, Dios les iba a dar la victoria, que la fidelidad de Dios se iba a mostrar en sus vidas. Y hoy, tú también tienes que creer en esa fidelidad, a pesar de lo que esté ocurriendo, de lo que pueda venir. La iglesia se debe caracterizar por ser una iglesia que conquista, gente que está dispuesta a meterle mano a lo que sea, a los problemas, gente dispuesta a decir que no importa lo que pase, lo que ocurra, vamos a seguir adelante, confiando, creyendo hasta el último momento, nunca conformándonos con el estatus quo de esta sociedad; el justo por su fe vivirá.
Allá otros que dicen que se acabó, nuestro mensaje es diferente. Esto no se va a poner peor, sino mejor. La Biblia dice que la tierra está esperando la manifestación de los hijos de Dios, la iglesia gloriosa, gente que se atreve a conquistar a este mundo para Cristo. Y la única manera de hacerlo es por la super fe.
La evolución de la fe
Cuando hablamos de la evolución de la fe, es a través de la Biblia. Veamos cómo se veía la fe en el Antiguo Testamento y cómo se ve en el Nuevo, para dar el balance. Porque el Antiguo y el Nuevo, cuando se combinan, nos muestran la verdadera manera de caminar en super fe.
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo utiliza la expresión de Habacuc en tres ocasiones. La primera, en el libro de Romanos. Los primeros ocho capítulos del libro de Romanos son la obra maestra de Pablo para explicar lo que es ser salvo. Ahí está toda la obra de Cristo; la justificación, la santificación, la salvación por fe. Y en Romanos, Pablo dice que la salvación no es por obras, sino que el justo por la fe vivirá.
Esa expresión es la que hace que Martín Lutero rompa su relación con la Iglesia Católica en un momento dado porque pensaban que era todo a través de sacramentos, de las obras; y Martín Lutero dice: no, el hombre no es salvo por obras, el hombre es salvo por la fe.
Luego, Pablo, cuando va evolucionando ya en Gálatas, lleva a la gente a entender que el justo por la fe vivirá; pero en Gálatas no conecta la fe a la salvación, sino a la justificación, que es uno de los resultados de tú ser salvo. Cuando tú eres salvo, eres justificado, en inglés, righteous, que quiere decir right standing, o que estás parado a la diestra de Dios. Cuando tú eres salvo, cuando tienes esa consciencia en tu corazón de que lo eres, te das cuenta que tú estás al lado derecho de Dios, sentado en lugares celestiales, que tienes libre acceso; y la única manera de tú entender eso es por la fe porque tu mente te condena, tu corazón te condena; por más que tú trates de librarte de la culpa, naturalmente hablando, no hay nada que tú hagas en esta vida que te libre de toda culpa y condenación. Es la sangre de Cristo la que te hace una nueva criatura y una persona justificada y te da esa confianza de acercarte a Dios porque tú eres justificado por la fe por lo que Él hizo por ti en la cruz del Calvario.
Luego, Pablo va al libro de Hebreos, donde vuelve a utilizar esa expresión. Aquí lo habla en el contexto de los héroes de la fe. Dice: toda la gente que ustedes celebran y admiran, todo lo que hicieron, lo hicieron por fe. El judío tenía la tradición de sentarse con sus hijos a contarles las historias de sus antepasados. No todos tienen una herencia de fe y no tienen nada qué mostrar por la fe, entonces, lo mejor que contamos es de Lebron James, de Michael Jordan, de Tiger Woods, de políticos; pero tus hijos necesitan oír la herencia de fe que los ha llevado hasta el lugar donde están ellos hoy, necesitan oír cómo tus abuelitos se convirtieron y cómo de la nada prosperaron. Esa herencia de fe tiene que pasarse de uno a otro; es la única manera que el Evangelio va a seguir creciendo y nuestros hijos tendrán un punto de referencia.
Olvídate de los políticos, de los deportistas; cuéntales a tus hijos tu historia de fe y lo que has alcanzado y logrado por fe. Los hebreos se sentaban con sus hijos y les contaban las historias: Moisés hizo esto, Enoc hizo aquello, Sansón hizo lo otro. El autor de Hebreos dice: recuerda que toda esa gente que tú celebras lo hicieron por fe.
David conquistó reinos por fe, Sansón libró al pueblo de los filisteos por fe, Abraham prosperó por fe. Fue por fe que lo hicieron. Lo que Pablo quería que el pueblo entendiera es que no tan solo eres salvo por fe, sino que la única manera de vivir en esta tierra es por fe.
¿Cuáles son los dos extremos que hay de la fe? Tenemos que ver la evolución de la fe y engranar nuestro corazón. En el Antiguo Testamento, el pueblo judío, el pueblo de Dios, el pueblo de Israel en aquel tiempo, veía la aprobación de su fe basado en el resultado externo. Abraham prosperaba, y decía: esto me lo dio Dios. En aquel tiempo, andar en pobreza, en maldición, en esclavitud, era señal de que Dios no estaba contigo. Si prosperaban, progresaban, decían: Dios me prosperó, Dios me dio esto, Dios me bendijo. Cada historia de éxito para el pueblo en el Antiguo Testamento, era una señal de que Dios estaba con ellos. Por eso creían en las riquezas y la abundancia, en pelear, conquistar, luchar, batallar; y buscaban siempre la aprobación de Dios, antes de picarle la cabeza a un gigante. Lo interesante es que cada vez que fallaban, decían: el culpable soy yo. Nunca culpaban a Dios. Aunque la victoria y riqueza era señal de aprobación en su mente de que Dios estaba con ellos, cuando algo salía mal, en sus mentes, Dios no era el culpable, no era el responsable.
Lo que pasa es que esa fe tiene que evolucionar porque en el Nuevo Testamento no son tus circunstancias las que determinan tu fe, tu aprobación ni tu salvación. Cuando Cristo viene y muere por nosotros en la cruz del Calvario, se abre un nuevo concepto, una dimensión más grande, donde el sello de que Dios está contigo no es tu dinero ni tu prosperidad, sino el Espíritu Santo que está dentro de ti, la promesa de salvación que está dentro de ti.
Por eso, cuando no tienes, todavía puedes decir que eres bendecido. Porque tú no eres bendecido porque tienes sino porque lo eres porque Él vive dentro de ti porque Él está dentro de tu vida; así que un fracaso no dice que Dios no está contigo,un momento de escasez no dice que Dios te ha abandonado. Por eso es que Pablo decía: sé estar contento en mucho y en poco, y todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Cuando tengo poco, todo lo puedo en Cristo que me fortalece; y cuando tengo mucho, no dependo de las riquezas porque todo lo puedo en Cristo que me fortalece.