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La tristeza de Abraham y la tristeza del Padre Celestial

GÉNESIS 22:1-8 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. 6 Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. 7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.

Este texto nos narra uno de los momentos más tristes, o posiblemente el más triste, de la vida de Abraham, Dios probó su fe pidiéndole que ofreciera en sacrificio a su único hijo, Isaac.

En todos los versículos que nos narran la historia de ese momento tan difícil para Abraham podemos imaginarnos su tristeza, su corazón triste y angustiado por su hijo, y ese momento tan triste en la vida de Abraham nos debe hacer comprender  también la tristeza y el dolor en el corazón del Padre Celestial cuando tuvo que entregar a su hijo unigénito por amor a cada uno de nosotros.

REFLEXIONEMOS EN LA TRISTEZA DE ABRAHAM Y LA TRISTEZA EN EL CORAZÓN DEL PADRE CELESTIAL PARA ENTREGAR A SU HIJO EN SACRIFICIO POR NUESTROS PECADOS.

I) PODEMOS IMAGINAR LA TRISTEZA DE ABRAHAM AL VER A SU HIJO CARGAR ÉL MISMO LA LEÑA DONDE IBA A SER SACRIFICADO (GÉNESIS 22:3-6) Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. 4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. 5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. 6 Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.

Verdaderamente tuvo que haber sido un momento muy duro, triste e impactante para Abraham ver a su hijo Isaac cargando sobre su hombro la leña donde él mismo iba a ser sacrificado, verlo caminando directo a la muerte debe haber quebrantado el corazón de Abraham.

Igualmente el corazón del Padre Celestial debe haber sido quebrantado por la tristeza cuando vio a su hijo unigénito cargando él mismo la cruz donde sería crucificado (Juan 19:17-18) Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en Hebreo, Gólgota; 18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.

II) PODEMOS IMAGINAR LA TRISTEZA DE ABRAHAM DE SABER QUE EN LUGAR DE CORDERO SU HIJO SERÍA SACRIFICADO (GÉNESIS 22:7-8) Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? 8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.

Que momento más duro debe haber sido para Abraham escuchar a su hijo preguntar por el cordero que sería sacrificado pues él sabía que en lugar de cordero su hijo sería sacrificado.

Igualmente podemos imaginar el dolor y la tristeza en el corazón del Padre celestial cuando en lugar de los pecadores sería su hijo el que tendría que morir en la cruz (Isaías 53:7) Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

III) IGUALMENTE PODEMOS IMAGINAR LA TRISTEZA DE ABRAHAM AL SABER QUE TENDRÍA QUE VER A SU HIJO MORIR DERRAMANDO TODA SU SANGRE. (GÉNESIS 22:9-10) Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.

Para sacrificar a su hijo Abraham tenía que degollarlo, es decir, herirlo para que la sagra fuera derramada completamente, definitivamente el corazón de Abraham debe haber estado angustiado y quebrantado de pensar que tendría que ver morir a su hijo derramando toda su sangre.

De la misma manera el corazón del Padre Celestial fue quebrantado y angustiado cuando su hijo unigénito derramó hasta la última gota de su sangre en la cruz del calvario para salvarnos a nosotros de la condenación eterna (Juan 19:33-34) Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. 34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.

CONCLUSIÓN: Al final de la historia Abraham no tuvo que sacrificar a su hijo pues Dios proveyó un cordero para ser sacrificado (Génesis 22:11-14) Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. 13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Pero el Padre Celestial si tuvo que sufrir completamente el dolor y la  tristeza de ver morir a su hijos PUES EN SU AMOR ÉL PROVEYÓ A SU HIJO JESUCRISTO PARA MORIR EN NUESTRO LUGAR (Romanos 5:7-8) Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. LA TRISTEZA DEL CORAZON DEL PADRE DEBE SER NUESTRO MOTIVO DE AMOR Y AGRADECIMIENTO PARA VIVIR UNA VIDA AGRADABLE PARA NUESTRO DIOS .

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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