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La Soberanía de Cristo en el Salmo 2. Un Llamado a la Sumisión y Fe

Que bella profecía sobre nuestro Señor, de nuestro Redentor. Nuestro Rey vino en forma de cordero, para darnos el ejemplo de su paz y de su amor. Pero en esta porción de la Biblia el salmista nos presenta también a nuestro Señor en su segunda venida con poder. Porque cuando Él venga la segunda vez vendrá en gloria a regir el mundo con vara de hierro, y a establecer su reino que no tendrá fin.

Pero que tristeza que teniendo la profecía más segura todavía andemos vagando en nuestros pensamientos, perdidos como ovejas que no tienen pastor.

Hoy tendremos la oportunidad de estudiar el Salmo 2 escrito por David, inspirado por el Espíritu Santo, revelándose de una manera especial a Cristo en su segunda venida. (Hechos 4:25). Este Salmo es una delicia por la forma como nos presenta a nuestro Señor Jesucristo lleno de poder y gloria.

Punto 1. ¿Por qué nos revelamos a Dios? ¿Por qué andamos tan perdidos?

Salmos 2:1-3 ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? 2 Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: 3 Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas.

V. 1. Se amotinan las gentes, esta es una visión profética, de los pueblos y naciones como en tumultuosa asamblea, tratando de resistir al gobierno de Dios. Son naciones en general, no en contraposición a los judíos. En esta parte habla de todos los seres humanos no solo del Antiguo Testamento, sino también en nuestro tiempo.

V. 2. Los reyes y los gobernantes unidos en tumultuosa asamblea consultarán al ungido, (al Mesías en hebreo, Cristo en griego). Mientras que el profeta contempla la oposición general de los hombres, la pinta aquí en su aspecto culminante como se ve en el gran enjuiciamiento de Cristo por Pilato y Herodes, y los principales sacerdotes cuando lo crucificaron.

V. 3. Aquí se profetiza de una forma tan clara los propósitos tanto en palabras como en acciones. Ligaduras … cuerdas—todas las restricciones del gobierno corrupto de su época.

Cristo revelado. Muchas de las referencias del Antiguo Testamento, son tomadas del libro de los Salmos. Los apóstoles encontraron en los Salmos referencias al nacimiento de Jesús, pero la pregunta que nos podemos hacer es: ¿Por qué el hombre no quiere reconocer el señorío de Cristo? Desde los tiempos de los apóstoles el hombre no quiere reconocerlo como su Señor. Cuando llegó el momento de la Cruz, solo sus más allegados estuvieron con Él. Y todavía hoy dos mil años después, muchos se dan el lujo de rechazarlo, como lo hicieron en su tiempo. Pero hay una gran diferencia, hoy tenemos toda la Palabra revelada, y no tenemos excusa para rechazarlo.

Punto 2. Cuando llegue el tiempo Dios se burlará de los incrédulos. Declarando que Cristo es su Hijo.

Salmos 2:4-7 El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos. 5 Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira. 6 Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte. 7 Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.

V. 4. El Señor se burlará del hombre por su necedad en supremo desdén. Porque él sigue siendo el soberano, aunque nosotros nos rebelamos.

V. 5. Entonces hablará—Cuando Dios hable infundirá el terror.

V. 6. Aquí se declara el propósito de Dios, he puesto—he ungido, o firmemente colocado, mi rey—ordenado por mí y para mí (Num 27:18). Cristo reinará sobre Sión, el santo monte de Dios.

V. 7. Dios ya tenía planeado desde antes de la fundación del mundo el decreto, y declara mi Hijo eres tú yo te engendré hoy—como en 2Sa 7:14. La interpretación de este texto en el sentido de describir la inauguración de Cristo como Rey mediador en ninguna manera impugna la Eterna Filiación de su naturaleza divina. Por la resurrección, dice Pablo, fue declarado, cuanto a su naturaleza divina, ser Hijo de Dios, lo que sólo enseña que aquel evento manifestó una verdad ya existente. Un reconocimiento similar de su filiación se presenta en Heb 5:5 con estas palabras, y con otras en Mat 3:17 y 17:5.

Dios quiere que el hombre lo acepte como su Hijo eterno, y como tal, como nuestro Señor.

Punto 3. Si, Cristo es el Señor de la tierra y de todo lo que existe

Salmo 2:8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.

V. 8. Las esperanzas de los rebeldes quedan así defraudadas, y no sólo esto; el reino al que se oponen está destinado a ser eterno y de todo lo que existe sobre toda la tierra, hasta sus confines. Está hablando del reino Universal de Cristo.

¿Que es lo que quiere Dios? Que le creamos y aceptemos a su Hijo que es el Señor para tener nosotros también el derecho a ser hechos hijos suyos, y poder heredar con Él toda la tierra.

Punto 4. Pero vendrá a juzgar con vara de hierro.

Salmos 2:9-11 Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzamos. 10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra. 11 Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.

En su primera venida, vino como el cordero perfecto, humilde. Pero en su segunda venida todo será diferente. El nos ha regalado el presente siglo, para que recapacitamos. Nos dio su “Gracia” para que tuviéramos la oportunidad de recibirlo como nuestro Señor aunque no lo mereciéramos.

V. 9. Jesús tiene el poder de desmenuzarse como vasijas, pues Él es el Alfarero. Pero en su segunda venida sus enemigos se someterán a su terrible poder (Job 4:9; 2Th_2:8), así como su pueblo se someterá a su gracia (Salmos 110:2-3). Cuando habla de vara de hierro—expresa la severidad (Apocalipsis 2:27).

V.10-11. Ahora advierte a los reyes y jueces de la tierra a los gobernantes en general (Psa_148:11) que han sido los caudillos de la rebelión, que deberían ser prudentes y que sean ejemplos de la sumisión al Mesías, y les advierte que deben de aceptar y recibir la amonestación y que le sirvan con temor por los terribles juicios. Y que se alegren con temblor.

Punto 5. Hoy tenemos la oportunidad de honrarlo, adorarlo, amarlo y confiar en Él como nuestro Salvador y como nuestro Señor.

Salmo 2:12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcamos en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.

El quiere que honremos al Hijo para que no venga juicio sobre nosotros. Porque cuando sea su segunda venida ya no será como en la primera. En este tiempo nuestro Señor Jesucristo nos gobernará como corresponde a un Rey de reyes y Señor de señores.

Desde ya nos dice que seremos bienaventurados todos los confiamos en El.

Amigo, si usted no ha tenido el privilegio de aceptar a Cristo como su Señor, hoy es el momento que lo puede hacer, y poder ser heredero junto con Él de la vida eterna, en su reino universal.

 

Fuente:
Pastor Alberto Vega

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