ROMANOS 10:1-4 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. 2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; 4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Este día continuamos con el estudio temático capítulo por capítulo de la carta a los Romanos, hoy estudiaremos el capítulo DIEZ de esta carta.
En este capítulo podemos ver que el apóstol Pablo así como en el capítulo anterior continúa exponiendo su profunda preocupación por la salvación de su pueblo Israel.
Pablo reconoce que a pesar de su celo por Dios, los israelitas no han comprendido el plan redentor y la justificación por medio de la fe y por eso han intentado establecer su propia justicia por medio del cumplimiento de la Ley, pero haciendo esto han ignorado o no han reconocido que la verdadera justicia proviene de la fe en Cristo.
Este capítulo nos recuerda que la salvación no es resultado de nuestras obras o esfuerzos, sino un regalo de Dios que recibimos al creer y confesar que Jesús es el Señor.
VEAMOS AHORA LAS VERDADES Y ENSEÑANZAS QUE ENCONTRAMOS PARA NUESTRA VIDA EN ESTE CAPÍTULO:
I) PRIMERA VERDAD: NO HAY OTRA MANERA DE ALCANZAR LA SALVACIÓN , SOLAMENTE POR MEDIO DE LA FE EN CRISTO
(VS 1-4) Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. 2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; 4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Como el apóstol Pablo lo expresa en el capítulo anterior, el anhelo de su corazón es la salvación de su nación, de sus hermanos israelitas.
Él reconoce y puede dar testimonio que que la nación de Israel es un pueblo que tiene CELO DE DIOS. Tener «celo de Dios», se refiere a un sincero fervor por cumplir las leyes y las tradiciones religiosas. Los judios tenían en realidad un profundo deseo de honrar y obedecer a Dios, pero Pablo aclara que este celo NO ESTÁ BASADO EN EL CONOCIMIENTO CORRECTO O EN LA COMPRENSIÓN DE LA JUSTICIA DE DIOS POR MEDIO DE LA FE.
Este celo estaba basado en el cumplimiento estricto de TRADICIONES, RITOS Y COSTUMBRES religiosas que no tienen ningún efecto ni tampoco ningún valor real para lograr la justificación delante de Dios, y por lo tanto nadie puede salvarse por medio de ellas.
Gálatas 1:14 y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.
Colosenses 2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Israel, en su celo, buscaba la salvación y la justificación por medio de la ESTRICTA OBEDIENCIA A LA LEY DE MOISÉS, creyendo que era el camino para agradar a Dios. pero su celo no era “CONFORME A CIENCIA» es decir, ellos fallaron en comprender que la justicia de Dios NO SE OBTIENE MEDIANTE LAS OBRAS DE LA LEY, SINO MEDIANTE LA FE EN CRISTO.
Ellos cometieron un error : QUISIERON ESTABLECER SU PROPIO MÉTODO PARA SER JUSTIFICADOS, SU PROPIA FORMA dejando de lado o ignorando el PLAN REDENTOR POR MEDIO DE LA FE EN CRISTO. (Vs 3) Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
Esto significa que NADIE PUEDE IGNORAR EL PLAN REDENTOR DE DIOS Y SER SALVO, tenemos que comprender que no podemos establecer nuestro propio método, o nuestra propia forma para alcanzar la salvación, pues únicamente es por medio de Jesucristo.
Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
1 Timoteo 2:4-5 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
Los judios y todos las personas tienen que comprender lo que nos dice Romanos 10:4 : porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree La palabra «FIN» (Griego TELOS) puede interpretarse de dos maneras:
Como el cumplimiento de la Ley,
Como el propósito o objetivo de la Ley.
Cristo es el cumplimiento perfecto de la Ley (Mateo 5:17) No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
Cristo también es el propósito final de la Ley, es decir el propósito final de la ley es llevarnos a Cristo para ser salvos (Gálatas 3:24) De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
II) SEGUNDA VERDAD: NUESTRA FE EN CRISTO PARA SALVACIÓN TIENE QUE SER EXPRESADA POR MEDIO DE UNA CONFESIÓN SINCERA DE FE
(ROMANOS 10:5-13) 5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. 6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); 7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). 8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyera, no será avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
LOS DOS PRIMEROS VERSÍCULOS DE ESTOS TEXTOS NOS ENSEÑAN QUE:
Para ser salvos no tenemos que tratar o intentar cumplir toda la ley de Moises, PUES NO PODEMOS CUMPLIRLA (Vs 5) Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.
Para ser salvos no necesitamos hacer un esfuerzo sobrehumano, no necesitamos hacer nada extraordinario (Vs 6-7) Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); 7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
¿QUÉ ES LO QUE NECESITAMOS HACER ENTONCES? (VS 8B-10) “….Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”.
Necesitamos hacer una CONFESIÓN DE FE, es decir, una expresión de la fe que hay en nuestro corazón, esa seguridad que hay en nuestro corazón que Jesús ESTÁ VIVO y que puede salvarnos y darnos vida eterna, y por esa seguridad PODEMOS CONFESAR CON NUESTRA BOCA QUE JESÚS ES EL SEÑOR.
Podemos ver que para ser salvos NO BASTA SOLAMENTE CON DECIR QUE CREEMOS (Vs 10) Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”, ES NECESARIO TENER UNA CONFESIÓN DE FE.
Santiago 2:19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
FRASE: Fe sin confesión es COBARDÍA, confesión sin fe es HIPOCRESÍA.
El apóstol Pablo nos deja claro que TODOS en el mundo tenemos que confesar a Jesucristo como Señor de nuestra vida, tanto Judios como Gentiles
(Romanos 10:12-13) orque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
III) TERCERA VERDAD: LA RESPONSABILIDAD DE LA IGLESIA ES PREDICAR EL EVANGELIO PARA QUÉ LAS PERSONAS PUEDAN CONFESAR A JESÚS COMO SU SALVADOR
(ROMANOS 10:14-17) ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! 16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído en nuestro anuncio? 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
La misión de la iglesia de Cristo es salir a buscar a las ovejas perdidas, para que ellas también puedan formar parte de su rebaño, es decir, de su iglesia.
La iglesia no es un club cerrado, es un rebaño al cual todas las ovejas perdidas pueden entrar, sin excepción, pero solo hay una condición: TIENEN QUE ENTRAR POR MEDIO DE LA ÚNICA PUERTA DE LAS OVEJAS, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (Juan 10:7-9) Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Tenemos que IR a buscar a las ovejas perdidas, no solamente esperar que vengan, tenemos que comprender que esas ovejas perdidas no van a aceptar el llamado del Señor si no hay nadie que les predique.
No podemos llamarnos cristianos si no le hablamos de Cristo a nadie, no podemos ser evangélicos si no compartimos con nadie el evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Si hemos recibido el precioso regalo de la salvación por medio de la fe, tenemos que tener el mismo anhelo del apóstol Pablo de compartir con otros ese regalo maravilloso, y no podemos ser indiferentes con aquellos que van por el camino que los llevara a la condenación v Libra a los que son llevados a la muerte; Salva a los que están en peligro de muerte. 12 Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras.
EN EL PRÓXIMO ESTUDIO COMENZAREMOS A REFLEXIONAR SOBRE LAS ENSEÑANZAS DEL CAPÍTULO 11 DE LA CARTA A LOS ROMANOS.