En el día de la resurrección de Cristo, el pastor Oscar Flores, aludiendo al pasaje de Lucas 24:1-6, instó a la congregación a reflexionar sobre la realidad de la vida en Cristo. Recordando las palabras de los ángeles a las mujeres en el sepulcro vacío, Flores enfatizó la pregunta crucial: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ¡ha resucitado!»
En el clímax de la Semana Santa, el pastor recordó la poderosa verdad de la resurrección de Cristo, proclamada hace más de dos mil años y aún resonante en el presente: «Cristo ha resucitado, él está vivo y vive para siempre» (Romanos 6:9).
Flores desafió a la congregación a reflexionar sobre la coherencia entre su fe en un Cristo vivo y la realidad de sus vidas cristianas. y Destacó tres puntos principales:
Vivir sin angustia ni desesperanza: Basándose en 1 Pedro 1:3, Flores recordó que los creyentes tienen una esperanza viva a través de la resurrección de Cristo. Instó a la congregación a confiar en el control y la autoridad de Cristo en todas las situaciones de la vida.
Oración como Comunicación con el Cristo Vivo. Citando 1 Juan 5-13-15, el pastor subrayó la importancia de la oración como una expresión de confianza en que Cristo nos escucha. Advirtió contra la práctica de dirigirse a los muertos en lugar de al único Dios vivo.
Obediencia y Plena Devoción: Con base en 1 Juan 2:1-6, Flores desafió a los creyentes a vivir en obediencia y búsqueda de agradar a Cristo. Señaló que la verdadera fe en un Cristo vivo se refleja en una vida transformada y obediente.
El pastor Flores recordó a la congregación que Cristo está vivo y sentado a la diestra del Padre, pronto para regresar. Animó a todos a vivir en la realidad de esta verdad extraordinaria, llena de gozo, esperanza y paz, mientras aguardan su retorno.
La resurrección de Cristo, más que un evento histórico, es un llamado a vivir en la realidad de su vida eterna, transformando nuestras vidas y guiándonos en obediencia y devoción hacia él.
El pastor Flores recordó a la congregación que Cristo está vivo y sentado a la diestra del Padre, pronto para regresar. Animó a todos a vivir en la realidad de esta verdad extraordinaria, llena de gozo, esperanza y paz, mientras aguardan su retorno.
